POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA)
Quiero ente todo mostrar mi gozo por lo que me parece más importante de nuestras Ferias y Fiestas de San Victorino, la gran afluencia de público, en todos los actos, en unos más que en otros.
Millares de personas han visitado estos días mi ciudad en fiestas, aunque poca animación durante el día, y la eclosión al caer la tarde, quizás por el excesivo calor de estos días. Ya hace unos años que esa animación es mayor en el último fin de semana que en el primero, una tónica que se aprecia en estas fiestas que no sólo son de la ciudad, sino en las que participan como propias todos los comarcanos, y otras gentes de Medina, de Ávila, de Olmedo, de Valladolid, de Segovia, o Coca y de otros muchos lugares de la región que participan de la popularidad de estas fiestas.
Tanto en las verbenas, como en actuaciones musicales, hay que destacar las actuaciones de orquestas de primera fila en la Plaza del Arrabal, en la zona de San Francisco y en la de El Marqués, grandes noches musicales muy concurridas. La siempre esperada actuación del grupo de música castellana Nuevo Mester de Juglaría que abarrotó la emblemática Plaza de la Villa en un concierto extraordinario. O el gran concierto de Rosario Flores que abarrotó la espaciosa Plaza del Arrabal con sus seguidores incondicionales, como en los mejores conciertos. Y el Mago Murphy, también con público fiel y numeroso. La climatología ha actuado a favor, a pesar de los calores, las noches han sido espléndidas.
En los encierros y el correr toros al estilo popular, también mucho público y algunos menos corredores, han propiciado unos encierros rápidos y limpios. Ya en la plaza de toros, con llenos absolutos los juegos de correr y cortar toros han hecho las delicias.
Los otros festejos taurinos, los novillos para peñas y el concurso de cortes, muy animados. Pero especialmente las dos corridas serias, corridas mixtas, han sido dos espectáculos para los aficionados a los toros de gran categoría.
El exceso de calor mermó algo la entrada de la primera corrida, con Hermoso de Mendoza haciendo las delicias del toreo por caballero caballista, en su línea de gran maestro. En el toreo de a pié, Juan Diego toreó con maestría y por ello fue premiado. Destacó Miguel Ángel Perera, que estuvo magnífico, puso en pie la plaza en una faena digna de las mejores tardes del maestro. No sin cierta polémica se indultó al último toro, pero la petición masiva del público se impuso a las reticencias puristas. Una tarde de toros extraordinaria, mucho más que entretenida.
La segunda corrida de un cartel no menos importante, redondeó la feria arevalense. Otro espectáculo mixto, con Diego Ventura a caballo, en su mejor momento de caballero artista dejó retazos de emoción. Y los dos maestros del toteo a pié, El Juli en su línea de gran torero versátil, como en las mejores plazas, encandiló al público en faenas largas y densas de arte. En el peor lote de la tarde, Talavante estuvo en maestría y no se quedó atrás, expuso mucho y el público lo agradeció. Todos los toreros se encontraron a gusto, se notó, fueron premiados y salieron a hombros. Y otros muchos festejos para grandes y chicos… con la polémica de los cohetes y otro año sin fuegos.
Un servicio de limpieza que sigue siendo eficaz, a pesar de tener que asimilar las grandes cantidades de residuos que dejan las noches de botellón. Otra cosa son las meadas y vomitonas callejeras sin límite y sin pudor. Esto sería la cruz de las fiestas. Es imprescindible manguear las calles, por higiene, no se puede esperar a las lluvias…
Y una discrepancia, no creo que estuviéramos en festejos distintos para ver tan diferentes las tardes taurinas, según alguna crónica, que no otras. El prestigio y la pulcritud adquirida con méritos propios por esta plaza, es notorio y ensalzado, aunque no sea de primera, sus festejos sí lo son, y con muchos detalles que la harían merecedora de esa categoría superior… puntos de vista y quizás prejuicios…