POR JUAN FRANCISCO RIVERO, CRONISTA OFICIAL DE LAS BROZAS (CÁCERES)
Extremadura está situada en la periferia de España, limítrofe con Alentejo, una de las regiones más pobres del vecino Portugal, lo que convierte a ambas en regiones de nivel Objetivo 1 en el ámbito de desarrollo de la Unión Europea. La historia ha demostrado que las continuas disputas entre los dos reinos hayan llevado a que estas zonas estén empobrecidas desde hace siglos.
La entrada de ambos países en las Comunidades Europeas y el continuo trasiego de viajeros y mercancías hace que la Raya luso-extremeña tenga cierto movimiento económico que se incrementa aún por la continua oferta turística a ambos lados de la frontera.
El profesor Manuel Figuerola Palomo decía en su obra “Manuel de Economía Turística” (Madrid 1992) que para concretar la actividad de este sector en el ámbito regional lo primero que hay que delimitar es el ámbito objetivo de esa actividad turística.
El estudioso extremeño del turismo, Venancio Bote explicaba en su libro “Planificación económica del turismo” (México 1990), que el turismo es una actividad económica y social que enriquece a la zona donde se desarrolla, pues lo que se produce no sólo beneficia a los turistas sino también a los residentes, bien sea en infraestructuras viarias, de transportes, hotelería, restauración, producción de alimentos, equipamiento de ocio o empresas intermediadoras de estos servicios.
Hay que perfilar una relación de toda clase de recursos turísticos, que en esta zona de Extremadura (La Raya) se concreta principalmente en tres grandes áreas: turismo de naturaleza, turismo cultural y turismo gastronómico, aunque haya otros más específicos como puede ser el turismo de salud en la ciudad de Badajoz.
También hay que crear una marca propia del turismo en la región; bien es verdad que Extremadura va avanzando en tener una marca propia para su turismo a través de acciones concretas de promoción o de actividades de gran repercusión nacional o internacional, como pueden ser las Ciudades Patrimonio de la Humanidad (Cáceres, Mérida y Guadalupe), a las que hay que añadir el Monasterio de Yuste declarado Patrimonio Europeo.
A ello hemos de considerar el turismo de naturaleza, concretado en la Feria Internacional de Ornitología, una de las más importantes de Europa, en un lugar tan destacado como el Parque Nacional de Monfragüe y en turismo cultural destacan durante los veranos la importancia de los festivales de teatro de Mérida y en menor medida el de Alcántara.
En el caso concreto del turismo en la Raya, hay que crear en una marca concreta, que ya ha comenzado con esa agrupación de doce poblaciones luso – extremeñas “Tierras Rayanas”, incluidas dentro del Programa de Cooperación Transfronteriza España – Portugal (2007 – 2013). Por eso hay que buscar una especialización turística, que dependiendo de la zona de la Raya se maneja de diversas formas.
Por concretar en dos grandes apartados transfronterizos: Turismo de naturaleza en el Parque Tajo Internacional y en el Lago de Alqueva, así como un turismo urbano en la mayor concentración de Extremadura, conformando la euro ciudad Badajoz – Elvas, con un desarrollo turístico especializado en turismo de salud.
Fuente: http://pacorivero.blogspot