POR RAFAEL MARTÍN ARTÍGUEZ, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE SEGORBE (CASTELLÓN)
Han pasado 259 años y el hecho había caído en el olvido.
Mucho se ha escrito de Ntra. Sra. de la Cueva Santa, libros enteros dedicados a ella, y aunque siempre se ha considerado patrona de Segorbe ningún autor menciona nada del momento y la razón que llevó al Consejo Municipal a declararla patrona de la Ciudad. Las dudas surgían por el silencio. No se trata sólo de una constatación personal tras repasar varias publicaciones. Consultado el asunto con Néstor Morente, sin duda el gran especialista en todo lo relacionado con esta advocación mariana, nos decía que “entre todo lo que he visto y leído de la Virgen de la Cueva Santa, jamás un documento que de forma oficial la mencione como Patrona de Segorbe”.
Estamos pues de enhorabuena. En el Archivo Histórico Municipal, inserta en uno de esos libracos de acuerdos y deliberaciones consistoriales, ha aparecido el acta que institucionalizó el patronazgo.
Saltamontes
La mayor parte de las ocasiones que Segorbe, de forma colectiva, requería la intervención de la Cueva Santa, para resolver cualquier calamidad, venían determinadas por la petición generalmente realizada por los propios labradores de la ciudad que pretendían solucionar los problemas derivados de prolongadas sequías que hacían peligrar sus cosechas. Esta aspiración de los agricultores y la atribución a la Virgen de la capacidad para restaurar la normalidad, así como las circunstancias extraordinarias que se daban en algunas curaciones a nivel individual, aumentaron notablemente el fervor por la patrona y, sin duda, influyeron en el acuerdo adoptado por el Ayuntamiento. Pero curiosamente, el hecho concreto en que el consistorio basó su reconocimiento y decidió nombrar a la Cueva Santa patrona de Segorbe, no fue por circunstancias meteorológicas directas sino tras una plaga de langosta.
Como es sabido, la proliferación de la langosta depende en gran medida del tiempo y éste no fue nada positivo para España en prácticamente todo el siglo XVIII. Los expertos hablan de una gran sequía que se extendió por la geografía peninsular a partir de 1711, salpicada por fuertes precipitaciones primaverales de cierta entidad.
Esta climatología adversa se pone de manifiesto en Segorbe por el número de veces que la imagen de la Cueva Santa fue trasladada desde su santuario a la Catedral. Por lo menos en 18 ocasiones, a lo largo del siglo XVIII, hizo acto de presencia en la ciudad. Desde 1622 en que los vecinos de Altura tuvieron la iniciativa pionera de solicitar al obispo Ginés de Casanova el traslado de la virgen hasta la Catedral de Segorbe, en ningún otro siglo se han producido tantas traslaciones.
A principios de 1756 se solicitó de nuevo la presencia en Segorbe de la imagen, pero durante los trámites llegó la lluvia y se paralizó la iniciativa.
Pero dicho año se distinguiría por una terrible plaga de langosta que arrancando de Extremadura un año antes y escampando por la mayor parte de la Península, devastó los campos valencianos, mereciendo incluso una “instrucción” del Consejo de Castilla estableciendo métodos para combatir al insecto en sus diferentes estados de desarrollo. Además de esos medios “técnicos” o “terrenales” los habitantes de los territorios afectados combinaban otros de carácter más “espiritual” o “mágico” como encomendarse a sus patronos.
Segorbe eligió como protectora a su patrona de hecho y el 2 de agosto, la Cueva Santa se encontraba en la Catedral de la ciudad y a las pocas horas de su entrada los efectos de la plaga cedieron. Días después, varios vecinos presentaron una “relación” al Ayuntamiento, señalando que “por intercesión de María Santísima de la Cueva Santa se ha servido concedernos la Divina misericordia la extinción de la langosta”. Como primera medida, el consistorio acordó pasar recado al Cabildo Catedralicio para suspender la oración que se pronunciaba en misa y la rogativa, y solicitando una fecha para cantar el Te-Deum laudamus y hacer una función de gracias a la Virgen, invitando para ello al obispo, Pedro Fernández de Velarde, y a las comunidades.
El acuerdo
En la sesión municipal celebrada el 18 de agosto bajo la presidencia de Severino Ginart, lugarteniente de Gobernador y Alcalde Mayor en funciones, el regidor primero, Joaquín Sanz, expuso que “aviendo recibido esta Ciudad, sus vecinos y comarcanos, de la Portentosa Imagen de nuestra Señora de la Cueva Santa, tantos y tan repetidos milagros, parece conforme el que la Ciudad manifieste su gratitud con alguna expresión debota supuesto que la soberana Imagen lleva tras de su invocación de tal suerte los corazones de todos los de esta Ciudad con especialidad que quasi no se sabe acudir a otro remedio que al de esta Divina Señora”. El regidor añadió que por el motivo citado “está pidiendo el Pueblo, que la Ciudad la aclame por Patrona, Abogada y Protectora de su Común y Particulares”.
El representante municipal había tratado el asunto con las fuerzas vivas de la ciudad y concretamente “con algunos Cavalleros Canónigos, como con otros Eclesiásticos de la Cathedral Iglesia de esta Ciudad, Personas Religiosas de sus Comunidades y otras Seculares de distinción”, y todas ellas confirmaron “ser muy conforme dicha proclamación, toda vez que María Santíssima se esmera tanto en cuidar de estos fieles debotos suyos”.
En la exposición de Sanz se hizo mención especial al “milagro que aora se experimenta en la plaga de la Langosta” y en base a ello se consideró oportuno que a la citada aclamación se acompañara la solemnidad de un día festivo con misa y sermón “en acción de gracias, en que se recuerden este y los demás beneficios a la manera que se hace el Jueves de la Fuente”, (otra de las grandes fiestas de la Ciudad).
Vista la propuesta y tras la correspondiente deliberación, se acordó por unanimidad de todos los regidores “que se elija, nombre, bote y jure a Nuestra Señora de la Cueva Santa por especial Patrona, Abogada y Protectora de todas las necesidades, aogos y peligros de este Común y particulares Vecinos de dicha Ciudad de Segorbe”. También se acordó que en su conmemoración se dedique como día de fiesta el día 2 de agosto de cada año, con misa cantada y sermón.
El acuerdo corporativo parece ser que requería una fórmula jurídica más protocolaria por lo que antes de finalizar el acta se hizo constar que “por cuanto esta expresión corresponde oi practicarla al Ilte. Ayuntamiento en cuya voz y representación está incluido todo el pueblo prohiviéndose las Juntas Generales, los dichos señores vocales en nombre de esta M.I. Ciudad de Segorbe, su Común, Vecinos y Particulares, por ante mi el Escribano infrascripto (lo era Bonifacio Olano y Aparicio), juran a Dios nuestros Señor, y a los Santos Quatro Evangelios, que eligen, nombran y botan por especial Patrona, Abogada y Protectora de todas sus necesidades, aogos y peligros a la Portentosa Imagen de la Virgen Santíssima de la Cueva Santa, en cuanto pueden y por derecho les es permitido; y que de la misma suerte se obligan a guardar por día Colendo de Fiesta el Dos de Agosto de cada año, dedicado a dicha Soberana Señora, por quien se celebre una misa solemne y Sermón de Gracias en memoria de los beneficios que asta de ahora se han recibido y esperan recibir por su liberalíssima Protección y amparo: lo que así se egecutó haciendo cada uno de los Señores Vocales la señal de la Cruz y vesándola con la solemnidad correspondiente”.
Por último se acordó que “para la mejor estavilidad y firmeza de la resolución”, el Ayuntamiento representado por el Síndico Procurador General, dirigiera un memorial al Obispo, “suplicándole se digne conceder, aprovar, confirmar, ratificar y decretar por bien hecha la elección, nombramiento, votada y juramento de tal Patrona” y designación del día festivo.
Esto es lo que se propuso y aprobó por el Ayuntamiento de Segorbe un 18 de agosto de 1756, hace ahora 259 años, los mismos que Ntra. Sra. de la Cueva Santa es patrona de nuestra Ciudad.