POR MIGUEL GALLEGO ZAPATA, CRONISTA OFICIAL DE SAN JAVIER (MURCIA)

Nació en San Javier, tiempo “ah”, concretamente en El Mirador, “nuestra California”, estudió en la Academia de Don Pedro Sánchez y después se hizo practicante de profesión como su padre.

Fue un joven juicioso, militó en ambientes religiosos en los que destacó entre los de su tiempo.

Ejerció su profesión en San Pedro del Pinatar, donde se ganó las simpatías y el afecto de cuantos lo conocieron y trataron, que fue casi el pueblo entero, allí formó una gran familia que fue su orgullo y hoy es su consuelo en este “duro” atardecer de la vida, que lleva con tanta entereza y ejemplaridad.

Es un gran caballero y, además de su profesionalidad, los coros parroquiales, los Hogares del Pensionista y sus magnificas colaboraciones periodísticas en los medios locales, pueden dar fe de su buen hacer.

Conservó sus contactos con San Javier, atento siempre a sus acontecimientos, no falta nunca a las funciones del santo patrón, y más aún a los conciertos de la Banda de Música de la Academia General del Aire, pues siempre ha sido un gran aficionado a la buena música.

En 1946 se fue voluntario al Ejército del Aire y tras un corto periodo en la base militar de Los Alcázares, fue destinado a la Academia General del Aire y por su condición de ATS, al hospital, donde ejerció a satisfacción de sus jefes y cosechó el afecto de sus pacientes.

En una de nuestras parrafadas telefónicas, pues no puede ser de otra manera, me contaba que, en ocasión de encontrarse muy grave el capitán Larios, aquejado de una fuerte pulmonía, como aún no había llegado la penicilina, la trajeron desde Norteamérica en avión y “quizás” fue el primero en aplicar éste antibiótico, que tantas vidas ha salvado.

Me honro en tener un amigo como Juan y publíco esta vivencia suya que tan gratos recuerdos le traen, enviándole un abrazo cariñoso desde su San Javier querido.- Juan: Todos te queremos, eres un gran hombre