POR JOSÉ S. CARRASCO, CRONISTA OFICIAL DE ABARÁN (MURCIA)
No es fácil hacer una clasificación de los pregones que se han dado en nuestro pueblo, pero, sin duda, el de este año a cargo de D. Joaquín Molina Milanés está en los primeros puestos. Si yo tuviera que calificarlo como profesor de Literatura, alcanzaría un Sobresaliente y, si lo hiciera como abaranero, le daría la misma calificación. Porque el pregón de la Feria de Abarán 2015 fue perfecto en fondo y forma.
El corazón, la inteligencia y la pluma formaron una simbiosis tan maravillosa que dibujaron una pieza literaria de extraordinaria calidad.
Y es que, aunque es persona sencilla y enemiga de halagos y adulaciones, el pregonero de este año está dotado de una capacidad intelectual no demasiado frecuente y atesora una formación de gran entidad.
Este pregón debería ser lectura obligatoria para todos los abaraneros como un modelo de cantar al pueblo desde la sensibilidad y no desde la sensiblería, desde el patriotismo y no el patrioterismo.
¡Qué satisfecho habría estado Rafael de la Lucrecia si hubiera podido estar en una butaca escuchando a su hijo mayor del que estaba tan orgulloso!.
Tuvo razón su presentador, su amigo de siempre, Joaquín Gómez cuando se negó a definirlo como abaranero ausente o de la diáspora, porque «su centro vital está aquí», porque «lleva en su ADN el Abarán, París Londres».
Tras la presentación, sube al escenario el protagonista quien, con una ingeniosa relación de símiles taurinos, expresa su reacción al ser designado como pregonero. Una vez acabado el pregón, todos comprendimos que tuvo razón su mujer cuando lo animó diciéndole «lo vas a hacer y lo vas a hacer bien». Ella, que lo conoce perfectamente, sabía que de esta «faena» saldría del ruedo con los máximos trofeos. Y así fue.
Comienza el hijo de Rafael de la Lucrecia y de Tere de Casto (tiene entronques familiares de tronío), aclarándonos que vive fuera pero no está ausente, pues lleva con orgullo el ser de Abarán donde va, afirmando rotundo «quiero a Abarán, quiero a los abaraneros y quiero a estas fiestas».
Los primeros lances ya conquistaron al respetable, pero ya lo conquistó definitivamente cuando realiza una maravillosa, poética y sentida descripción de este pueblo «donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor», detallando cómo aquí se hacen presentes esos cuatro elementos de que ya hablaban los filósofos griegos: aire, agua, tierra y fuego. Y en este detalle salieron a relucir el encanto de la barbacana de la ermita, la atmósfera que desde allí se respira, el valor del agua para la vida y el trabajo, la tierra con sus angosturas y pendientes como modeladora de nuestro carácter y el fuego que nos inunda el corazón de pasión y fuerza para el trabajo y la diversión.
Tomando esa referencia que hizo su presentador al Abaran-París- Londres, explicó cómo nació esta expresión, según a él le habían contado, y es que en el mercado de frutas londinense en su estafeta de correos había una ventanilla en la que se podía leer «Solo telegramas para Abarán». Dejó la duda sobre si es historia o leyenda, pero eso es lo de menos.
En un posterior recorrido por nuestras fiestas que «son la memoria viva de un pueblo» las definió como «recuerdos del ayer, diversión del hoy y sueños del mañana», manifestando que habrá mejores en otros sitios, pero que para nosotros no, porque «son las nuestras», dibujando con sugerentes y entrañables pinceladas los colores, olores y sonidos de nuestra feria, una mezcla de banderas, confetis, pólvora, olés, gigantes, dianas, gaitas, campanas…y es que «septiembre huele a fiestas y las fiestas huelen a septiembre».
Llevábamos ya más de un cuarto de hora de pregón y queríamos más, el reloj se nos había parado y deseábamos seguir disfrutando de tantas ideas y emociones y sentimientos que el pregonero nos iba desgranando con su corazón y su palabra. Faena de aliño.
Pero, como todo se acaba, el pregonero ya anunció que llegaba el final de su actuación, invitándonos a llenar las calles y a vivir las fiestas como si fuera la primera vez. Y, como era de esperar, invitó al público a lanzar tres vivas como colofón emocionado: VIVA LAS VIRGEN DEL ORO, VIVAN LOS SANTOS MÉDICOS, VIVA ABARÁN.
Todos, inmediatamente, nos pusimos en pie y con una ovación cerrada reconocimos y agradecimos este canto a nuestro pueblo y a sus fiestas con que nos deleitó Joaquín Molina, el hijo de Rafael de la Lucrecia, a quien el alcalde le impuso el escudo de oro, calificando el pregón con «sobresaliente cum laude» y el concejal de Festejos le hizo entrega de un diploma de reconocimiento.
Después, como musical colofón, nos quedamos a escuchar las melodías de siempre cantadas por el Trío Costa Blanca, desde A mi manera hasta esa tan nuestra de «se está vistiendo la huerta…».
Y antes, del pregón, tras la intervención de Juanita Erena, siempre dispuesta, la presentación de las candidatas a Reina de las Fiestas 2015, Alondra Palazón Cano, Aránzazu Ros Gómez y Noelia Toledo Sánchez que, con su traje huertano, fueron en el escenario, como en la barrera de la plaza, espectadoras privilegiadas de tan artística faena de palabra y corazón como se vivió en el coso de nuestro Teatro Cervantes en la noche del viernes, 18 de septiembre de 2015.
Fuente: http://www.radioabaran.com/