POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA)

Hace ya unos años que se fueron restaurando algunos de los numerosos órganos que sonaron en nuestras iglesias y conventos, una campaña en la que se recuperaron cuatro de ellos. No fue una sola iniciativa ni financiación unificada, pero sí esa recuperación coincidió en el tiempo.

Y así fue cómo se recuperó el bellísimo órgano de la iglesia de San Cipriano de Fontiveros, la villa natal de San Juan de la Cruz; el pequeño pero coqueto órgano de dulces sonidos de la iglesia de San Esteban Protomártir de Orbita; el órgano de coro conventual de Madrigal de las Altas Torres, del convento de Agustinas de Nuestra Señora de Gracia; y el órgano parroquial de santo Domingo de Silos de Arévalo. Cuatro magníficos órganos barrocos que han devuelto los sonidos puros a estos antiguos instrumentos musicales que resuenan en las bóvedas de esos templos y bajo el artesonado mudéjar en el caso de Fontiveros.

Este verano musical se ha celebrado el V Ciclo de música de órganos en La Moraña, evento cultural-musical que organizan la asociación Organaria, la Asociación Retor y la Asociación Cultural Centro Católico San Juan de la Cruz, patrocinan esta asociación fontivereña y los otros tres ayuntamientos correspondientes de estas poblaciones y colaboran especialmente las parroquias y el Convento de Gracia.

En la trayectoria de estos conciertos, aunque cinco años no sean mucho tiempo, sí es el justo para confirmar la consolidación de este acontecimiento, porque ya es esperado por el público que goza escuchando estos sonidos recuperados. Y no es sólo la música de órgano, que cada uno de los conciertos, está acompañado por extraordinarias voces y otros instrumentos que complementan la diversidad de acordes y sonidos.

Este año el concierto que ha cerrado el ciclo, ha sido el celebrado este pasado domingo en Arévalo. Después de una gran tormenta seguida de vendavales, llegada la hora anunciada, fue numeroso el público asistente. A este cronista que escribe y a ese público que si no llenó el amplio templo parroquial, faltó poco, sí que nos ha resultado gratamente sorprendente.

Primero porque ha repetido actuación un organista que nos es familiar porque ya ha actuado en esta ciudad, un magnífico organista muy cultivado y con gran bagaje artístico, Ángel Montero, que es el organista de la Catedral de Segovia Segundo porque en esta ocasión ha sido acompañado por el violín barroco de Teresa Muñoz joven y cuajada intérprete. Ambos armonizaron los sonidos de una forma magistral. Sencillamente, un concierto excepcional, el conjunto del repertorio barroco escogido, una interpretación renacentista, al que se añadieron algunas improvisaciones que rompieron la uniformidad del repertorio sorprendiendo. Y cada obra nos fue presentada por el experto en música, Jesús Sánchez, miembro de la asociación que tanto vela por nuestros órganos y su música.

Y una variación especialmente llamativa para nosotros, sobre la música de la primera estrofa del himno de la Virgen de las Angustias, pues fue una gran aportación de este consagrado músico y de su maestría.

Es el himno a Nuestra Señora una composición musical con raíces en los sonidos gregorianos y retazos de acordes de música popular, obra de un gran musicólogo y compositor, que cantamos el pueblo llano, dentro de la solemnidad que requiere esta música que se interpreta en honor de la Virgen.

Quiero recordar aquí, con mi más sincera felicitación, amistad y admiración de ciudadano arevalense, a nuestro joven director de la Banda Municipal de Música, José Miguel Martín Alonso, que ha arreglado y dirigido los acordes de la partitura inicial en una versión para banda, recreando con gran solemnidad esos acordes tan sentidos por los arevalenses, que ya ha incorporado a las marchas de procesión de la Semana Santa y a la de la fiesta de Nuestra Sora de las Angustias.