POR ANTONIO LUIS GALIANO, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA
Estos tres sustantivos de gran enjundia, actualmente están denostados por algunos sectores, al ser transformados por otros como antipatriótico, por el sinónimo casta y por la incultura, respectivamente. Para ellos, el respeto a la tierra en que hemos nacido no existe; la casta pasa a considerarse como un grupo de personas que forman una clase especial que no se mezcla con los demás, y que, cuando aquellos alcanzan cierta posición se transmutan en lo que criticaban; incultura queda avalada por falta de conocimientos de dichos sectores sobre la historia. Así, que patria, raza y cultura quedan diluidas en un mundo en el que todo vale, amparándose en las exigencias de unos cambios motivados por un afán de poder o por el «te quito para ponerme yo y terminar siendo como tú». Son reflexiones que no apuntan hacia ningún sitio. Sólo son eso: pensar en voz alta. Máxime, si hoy que están tan de moda algunos juegos de estrategia entre múltiples jugadores «inmersivo basado en países reales», en el que los tres sustantivos del título se escriben como «mi patria es mi sangre, raza y cultura» e invita a crear un personaje, para así ayudar al país y consolidarse como héroe de guerra, editor de prestigio o genio de los negocios. Todo vale: hasta la violencia. También en otras épocas el concepto raza era el banderín de enganche que te orientaba hacia otras ideologías. Sin ir más lejos, recordemos aquella película de los años cuarenta que llevaba ese título y que fue dirigida por José Luis Sáenz de Heredia, interpretada por Alfredo Mayo, José Nieto y Ana Mariscal, con música de Manuel Parada y que tuvo como guionista a Jaime de Andrade, seudónimo en el que se esconde el general Francisco Franco Bahamonde, que quiso dejar muy claro el ideario del buen español desde el punto de vista de su régimen.
Pero, no debemos enrollarnos más, y dirijamos nuestras letras hacia el título ‘Patria, raza y cultura’, que no era otra cosa que el lema de los Exploradores de Orihuela, los cuales desarrollaron gran actividad entre los años diez y veinte del pasado siglo en nuestra ciudad. Su escudo era una estrella de cinco puntas inscrita en el círculo interior de una corona circular que acogía entre dichos círculos el lema ‘Siempre adelante Orihuela’. Los Exploradores oriolanos fueron fundados en 1916, y cinco años después estaba al frente de la institución Domingo Moreno, polifacético personaje que desempeñó múltiples trabajos, desde ‘explicaor de películas’ de cine mudo a autor teatral, pasando por pregonero municipal, albañil, ‘mondaor’ de acequias, molinero, vendedor de bollos y de lotería y repartidor de esquelas de defunción.
Domingo Moreno, conocido como El Talento, dirigió como instructor a los Exploradores de Orihuela hasta la total desaparición de los mismos del panorama ciudadano. Entre las muchas actividades que organizó se encuentra una visita a sus homónimos cartageneros el 19 de marzo de 1921.
A las dos de la madrugada desde el Parque de Exploradores salió la Tropa, habiendo tenido antes un recuerdo a los miembros fallecidos. Por la calle del Ángel, Puente de Poniente y calle de Muñoz (actual Mancebería), en número de 30 se dirigieron hacia la carretera de Beniel, estando al frente de la misma como jefe, el citado «humilde vendedor de lotería». Al llegar a la estación de Alquerías, tomaron el tren ocupando asientos de tercera clase, y se dirigieron a ciudad cartagenera. Al llegar a la estación fueron recibidos por los Exploradores de la misma. A continuación, formando una sola Tropa hicieron su entrada triunfal en Cartagena, hasta llegar a la sede del Comité de los Exploradores. Tras ello, acudieron a la iglesia de la Caridad, donde se venera la Patrona de la ciudad, y después de asistir a misa, les fue ofrecido un desayuno en el Café Oriental a fin de recuperar fuerzas para visitar las baterías militares, donde les fue mostrado un obús Krupp del 30 y medio. Tras el almuerzo, y previa autorización extraordinaria visitaron el Arsenal, donde vieron la base de submarinos, el destructor ‘Cadarso’, el caza submarinos ‘Kanguro’ y el original de Isaac Peral. De regreso al Comité, se encontraron con el obsequio que les hizo la empresa del Teatro Máiquez para asistir a un espectáculo. Los muchachos oriolanos fueron alojados en los domicilios de familias cartageneras y la visita se prolongó hasta el domingo día 20. A primera hora, tras cumplir con el precepto dominical fueron recibidos por el alcalde Manuel Zamora y tras dejar la Casa Consistorial acudieron al Hospital de Caridad que fue fundado en 1693, por el soldado Francisco García Roldán que recogía limosna para cubrir «los gastos de enterramiento de los forzados de la galeras reales». La siguiente visita tuvo como protagonismo La Casa del Niño, y a las tres de la tarde, un remolcador los condujo hasta el acorazado ‘Alfonso XIII’, donde les fueron mostradas todas las instalaciones. A las cinco y media del lunes, el tren los condujo hasta Orihuela, partiendo con vítores a «España, a la Institución y a la hospitalaria Cartagena».
Todo lo anterior, con gran lujo de detalles fue escrito por Domingo Moreno y publicado en seis hojas en la imprenta de la Viuda e Hijos de Luis Zerón, con el título ‘Visita de los Exploradores de Orihuela a Cartagena’. Para ellos; para los Exploradores oriolanos, ‘Patria, raza y cultura’ tenía su verdadero significado.
Fuente: http://www.laverdad.es/