POR JOSÉ RAIMUNDO NÚÑEZ-VERELA LENDOIRO, CRONISTA OFICIAL DE BETANZOS, MIÑO Y PADERNE (LA CORUÑA)
Desde que tuve uso de razón estuve interesado por la defensa de nuestro patrimonio histórico-artístico. Un sentimiento hacia mi ciudad natal que contó con no pocas influencias; en primer lugar desde mi propia casa, por parte de mi abuelo don Raimundo Núñez Colomer y de su hermano don Ignacio, seguido por los amigos que me fueron presentando, como don José Seijo Rubio, su compañero en la clase de dibujo de don Francisco Javier Martínez Santiso, don José Veiga Roel, doña Manuela Zuloaga, de cuya clase de bellas artes fuí alumno; nuestro pariente don Jesús Núñez, pintor, grabador y escultor de renombre universal; y a través de ellos al pintor y académico don Luis Quintas Goyanes, Marqués de Almeiras; don Luis Monteagudo García, arqueólogo y catedrático; don Carlos Martinez Barbeito y Morás, académico; don Antonio Gil Merino, historiador; don José Juan González, escultor y académico; don Manuel Chamoso Lamas, Comisario de la 1ª zona de Patrimonio; don Alfonso Sanmartín Abelleira, escultor y restaurador; don Eduardo Rodríguez Osorio, escultor y profesor; don Miguel González Garcés, historiador, y un largo etc. Pero sobre todo con la de mi profesor de historia y amigo, el sabio catedrático don Fernando Urgorri Casado, a quien debo enseñanzas y consejos que procuro imitar, y al que siempre recordaré con profundo agradecimiento.
El 27 de enero de 1965 publicaba mi primer artículo histórico en la prensa, y ya conocía a don Raimundo García Dominguez “Borobó”, quien me ofreció escribir en “La Noche” y oferta que no tuvo que repetir; poco después una serie de tres artículos aparecidos en la Voz de Galicia en julio del mismo año, con dieciocho años, fue premiada con un accésit en los Juegos Florales celebrados en conmemoración del V Centenario de la Concesión del título de ciudad a Betanzos, cuyo premio recibí de manos de don Francisco Vales Villamarin, ilustre amigo y antecesor.
Llevaba más de tres años preocupado por la desaparición de gran cantidad de nuestro patrimonio, casas blasonadas sustituidas por nuevos edificios, construcciones irregulares y mucho “ti vai facendo”, por lo que recurrí a las primeras autoridades del Patrimonio Artístico Nacional, en triple vertiente, por una parte para que pusiesen fin a semejante desenfreno, que invirtiesen en restauración en Betanzos, y que declararan la ciudad Conjunto Histórico-Artístico. Recurriría además a otras amistades de gran significación y parientes que ostentaban importantes cargos en el Gobierno, en búsqueda de ayuda para todo aquello que entendía como fundamental para el futuro de mi pueblo y ciudad.
Entre los numerosos escritos que conservo en mi archivo, he seleccionado una carta que recibí de don Manuel Chamoso Lamas, Comisario de la ”I Zona del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico”, que comprendía Asturias, Galicia y León, un gran experto en Arte y una gran persona, que siempre me trató con gran respeto y suma amabilidad, con quien mantuve una buena amistad y numerosos encuentros tanto en Santiago como en La Coruña durante muchos años, fechada en la “Casa Gótica” de Santiago el 15 de octubre de 1965, hace cincuenta años, y que reproduzco a continuación:
“Sr. Don José Núñez
Betanzos
Mi querido amigo:
Recibo su carta del 14 y postal. En efecto sentí no verle en mi corta visita a Betanzos. Lo que me extraña es no haber advertido yo la obra que me dice se está realizando frente al Iglesia de Santa María. Se conoce que me distraje hablando con el P. Varela.
Ahora bien, esa obra si afecta al exterior de un edificio o es de nueva planta, por estar emplazada frente a un Monumento Nacional es totalmente clandestina y puedo hacerla parar por medio de una orden Gubernativa. Precisa de la aprobación previa de la Dirección General de Bellas Artes y por la Comisaría de Zona, por la cual tienen que pasar todas estas autorizaciones, no ha llegado nada referente a Betanzos solicitando autorización de obras. Y esto de sobra lo sabe el Alcalde pues no creo se haya olvidado de la suspensión de la obra del edificio de detrás del ábside de Sta. Maria y la reforma a que se sometió, que, por cierto, aun no han cumplido en todo su contenido.
Así pues, le ruego me informe sobre esa obra, es decir si se trata de una edificación de nueva planta o de una reforma de fachada, pues tendré que exigirle pase a informe de la Dirección General el proyecto o cróquis. Si mantiene el tipo de la construcción tradicional en Betanzos nada habrá que objetar, pero de todos modos ha de contar con la debida autorización cumpliendo así la Ley que defiende los Monumentos Nacionales y sus alrededores, ambiente, etc.
Del Palacio de Bendaña precisamente acabo de informar sobre una solicitud del Alcalde dirigida al Director G. de Bellas Artes en la que con todo candor se conceptua defensor de los valores artísticos, históricos y monumentales de la ciudad de Betanzos, y pide que tal organismo se haga cargo del edificio. Vaya un defensor de la ciudad que se gastan Uds. Acabo de seleccionar toda la broza legal que defiende ese Palacio y se la envío con la solicitud al Arquitecto de Zona para que una su informe técnico, puesto que el edificio está ruinoso. Pero le prometo a Ud. que o Betanos conmigo salva ese edificio o jamás se gastará un céntimo ni Arquitectura ni Bellas Artes en esa ciudad. Por mi parte estoy dispuesto a defenderlo como sea y me quedan muchos cartuchos que quemar para lograrlo. Por tanto que no se haga ilusiones el Alcalde de que va a poder cargarse otro Palacio más. Menudo va a ser el informe con que le contestamos, es decir que le contestará la Dirección previo nuestro asesoramiento.
Si me escribe le ruego lo haga a Santiago pues estaré ausente unos días por tener que desplazarme a Portugal. El día 22 nos reuniremos en Santiago Pons Sorolla el Arquitecto afecto a mi Zona, y yo para organizar el avance del plan de obras de año próximo. En él incluyo una asignación para obras de restauración en San Francisco de Quinientas mil pesetas. Entonces será ocasión de realizar esos descubrimientos a que Ud. alude.
Mucho le agradezco me tenga informado de los atentados que se llevan a cabo contra esa ciudad a ver si logramos salvar algo aún. No abandone el ofrecimiento del Sr. Suevos y que este hable con los Directores Generales de Bellas Artes y de Arquitectura, principalmente con este último ya interesado por Betanzos al extremo de haberme pedido un informe sobre las posibilidades de su defensa y ordenación.
Reciba un cordial saludo de su buen amigo. [Firmado] Manuel Chamoso Lamas [Rúbrica]”.
El contenido de la epistolar no necesita aclaraciones, tan sólo repararemos en el último párrafo de la carta, referente a la declaración de Conjunto Histórico Artístico para el recinto de la ciudad de Betanzos y su zona de respeto, que nos llevaría de visita personal a Madrid ante los respectivos despachos de los responsables de la concesión, e incluso a solicitar la intercesión de algún ministro que entendió y se interesó por nuestra petición.
Además de la referencia a las obras de que trata, menciona los descubrimientos en la capilla de la V.O.T. de la iglesia de San Francisco, en la que detrás del altar de Magariños, al retirar el sagrario en 1961, me encontré con el más antiguo blasón conocido de la ciudad (siglo XV) y la tumba de Jacome Mouro Reimondez, como señala en la obra “As imaxes xacentes da eirexa de San Francisco de Betanzos” (Betanzos, 1983), su autor y malogrado amigo Xosé Antón García-González Ledo, fallecido en julio de este año, cuyo dibujo de su autoría reproducimos.
Por otra parte, la defensa del patrimonio de nuestra ciudad que abanderamos, no es una novedad como algunos quieren dar a entender y como patentiza la carta que presentamos. Tampoco un intento para minar programa alguno del mandatario de turno y políticos de su entorno. Se trata de una batalla por la supervivencia de nuestro pueblo, de la conservación del legado de nuestros antepasados y de su preservación para las futuras generaciones, como manifestamos en la entrevista que nos hizo La Voz de Galicia, publicada el viernes 3 de diciembre de 1965, cuyos principios mantenemos firmes y defendemos denodadamente.
Es sin duda una inversión de grandes beneficios de ser administrada por manos adecuadas y expertas, como bien conocemos en gran cantidad de poblaciones semejantes que han sabido aprovechar su potencial histórico-artístico-turístico, con el fin de que sus ciudadanos puedan rentabilizar el esfuerzo que suponen sus inversiones y mantenimiento.
Pensar lo contrario en este medio, es propio de mentes poco favorecidas, por no decir ignorantes, a la par de retrógradas.