POR JOSÉ DIONISIO COLINAS LOBATO, CRONISTA OFICIAL DE LA BAÑEZA (LEÓN)
Cierto es que el fruto de este árbol, el castaño, en nuestra provincia de León se produce y lleva su producción la zona del Bierzo. Es este primitivo fruto, junto con la bellota de nuestros extensos encinares, los que sirvieron para paliar el hambre en aquellos primeros pobladores de nuestros primitivos castros y trabajadores esclavos de las minas auríferas de las Médulas. No vamos a entrar en controversia sobre si este árbol de tronco grueso, copa ancha y hoja caduca, cuyo fruto es la castaña formada dentro de una cápsula llamada “erizo”, ya estaba en esta región berciana o nos lo introdujeron los romanos, pero vamos a recordar su consumo en nuestra zona de La Bañeza. En nuestra ciudad, llegado el tiempo de los Santos, se establecían en la Plaza Mayor y otras calles colindantes, en donde se solían colocar unos instrumentos toscos a modo de hornos de tambor, alimentados por leña, en cuyo interior se introducía este fruto algo silvestre y otoñal, las castañas. Después de haberle realizado una pequeña incisión para que no explosionen, eran introducidas en estos bombos giratorios y al calor de las ascuas incandescentes se iban asando. Luego, una vez asadas, eran depositadas en unos cestos de paja que protegidos con una tosca manta de lana, conservaban su calor, cocción y aroma.
Fuente: http://adelantobanezano.com/