POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Los eventuales del Sespa defenderán hoy la sanidad pública a base de villancicos; de hecho fueron en su origen canciones profanas de villanos y aun se percibe en ellos cierta denuncia; por ejemplo, a las bajas prestaciones por maternidad: “¡Ay del chiquirritín metidito entre pajas!”; a la precariedad en la atención primaria: “Esta noche nace el Niño entre la escarcha y el hielo, ¡quién pudiera vestirle de terciopelo!”; al abandono de las carreteras: “El camino que lleva a Belén baja hasta al valle que la nieve cubrió”; el aumento de la pobreza: “Mas Tú ya sabes que soy pobre también y no poseo más que un viejo tambor”. La explotación animal: “Tan-tan, se cansa el camello, tan-tan, se cansa de andar, tantán que está cargadito de incienso y de mirra para quién será”; la corrupción: “María, ven a acá corriendo, que el chocolatillo se lo están comiendo”, “En el portal de Belén rin-rin, han entrado los ratones”…
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