POR JUAN PABLO MAÑUECO
Quiero agradecer a quien tengo por el mayor “polígrafo alcarreño” de los últimos cuarenta años, Antonio Herrera Casado, los elogios que expresa sobre mi obra literaria en el pasado número de Nueva Alcarria del 11 de diciembre. Para mi sorpresa, considera mi nombre “idóneo para optar a ese cúmulo de opciones que el nuevo callejero reclama”. Deseo manifestar al respecto que aún me queda mucho afecto y entusiasmo que manifestar por la ciudad y provincia de Guadalajara, y ese reconocimiento tendría un algo de final de camino que, confío, esté aún lejano.
Quiero aportar la idea, sin embargo, de que desgastado el filón de las denominaciones genéricas: ciudades, países, plantas, ríos… muchas veces sin raíz ninguna con Guadalajara, hay una opción no personal y sin embargo muy enraizada con Guadalajara que pueden tener en cuenta los encargados de nombrar el callejero de Guadalajara.
¿Se han dado cuenta de que Guadalajara es la única ciudad de España y del mundo que cuenta con una decena de estrofas métricas con el nombre de la provincia o ambientada en ella? Octava ola o copla alcarreña, soneto alcarreño, lira alcarreña, endecasílabo alcarreño, alejandrino alcarreño, sonetina, ribereña, septeto doble, victoriola, torrente asonantado y torrente consonantado… Podrían ser “opciones que el nuevo callejero reclama”, alusivas a Guadalajara y sin homenajear concretamente a nadie, sino a la propia ciudad y provincia. Tecléese en internet cualquiera de estas estrofas y se tendrá cumplida definición y muestras de las mismas.
Fuente: http://www.nuevaalcarria.com/