SEGÚN CUENTA EL CRONISTA OFICIAL, FRANCISCO HERNÁNDEZ, ANTIGUAMENTE SE USABA UN PAREDÓN DE PIEDRA
Teguise inauguró este domingo una nueva escultura que rescata una de las tradiciones más antiguas del municipio, el bote de la pelotamano, en reconocimiento a la “entrega y dedicación” de un grupo de personas al deporte en el municipio.
El acto de presentación y descubrimiento de esta nueva figura en el municipio tuvo lugar en la tarde del domingo en la Plaza de la Iglesia de Soo. Con este acto simbólico, el Ayuntamiento señala que “potencia y rescata una tradición con más de quinientos años de historia”.
«El escoger el bote de la pelotamano es aportar un grano de arena al rescate y potenciación de este nuestro antiquísimo deporte», ha declarado el alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort.
«Desde el Ayuntamiento de Teguise hemos intentado que no se pierda, ofertando a los jóvenes que se han iniciado en el mismo, talleres y material, pero tenemos que continuar trabajando”, añadió.
El alcalde deseó que “palabras como pelotamano, bote, tercio, salto, raya, pelota amagada, pajero o el ponche conejero, sean parte de todos esos elementos que forman nuestra identidad insular».
Según cuenta el cronista oficial, Francisco Hernández, antiguamente se usaba un paredón de piedra, y aunque se desconoce su origen, algunos de los trabajos de investigación sobre el mismo, entre ellos el de Juan Manuel Hernández Auta, aporta que fueron los habitantes de Lidia sus inventores. Distintos juegos de pelota fueron practicados por los antiguos egipcios, romanos y mayas.
Algunas referencias citan a la pelotamano lanzaroteña como una de las ramas del viejo “jeu de paume”, viejo juego del que era un gran jugador Gadifer de la Salle, el capitán que contrató Juan de Bethencourt para la conquista de las islas. A este jugador se le cita en 1372 como ganador de una partida de “jeu de paume” al duque de Borgoña.