POR APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID)
Te escribiré con b, con la b de turbante, a partir de esta hora, mi admirado Cerbantes, que, manco allá en Lepanto, te mostraste arrogante ante el islamo turco de los tiempos de antes, los que hoy se repiten en sangre palpitante, con el nombre de ISIS en la Europa flamante frente a la paz de España y el bienestar de France y el bienestar de Italia y el bienestar de Flandes y el bienestar teutónico de la Ángela mercante y el bienestar ansiado de otros sitios lindantes, como Grecia o Hungría, Suecia o Suiza boyantes, que están amenazados al filo del alfanje…
Pidamos que algún día seamos consonantes todos estos países en forma dialogante.
La mayor ocasión de los siglos sangrantes es esta y no otra más, andariego Cerbantes. Ni la Cruz ni la Luna -las dos, ¡ay!, menguantes- tienen nada que hacer, nada beligerante. Déjennos como estamos, Dios mediante.