POR JOSÉ S. MURGUI, CRONISTA OFICIAL DE CASINOS (VALENCIA)
«No resulta fácil, olvidarlo todo y empezar de nuevo…» así decía una canción de hace muchos años, pero esta canción hoy se hace realidad en Canet d’En Berenguer, pues Ramón el artista del Belén que ocupa más de sesenta metros cuadrados, se esfuerza cada año en superarse, trabajando por presentar ese maravilloso Belén compuesto de más de mil figuras en movimiento que son el lustre y brillo de la Navidad de Canet.
No es fácil encontrarse en estos tiempos con obras de la magnitud no del Belén de Canet, sino de la categoría que le da su autor Ramón Fernández que año tras año se supera inventando escenas, recreando paisajes, imitando lugares, y sobre todo otorgando vida a ese conjunto de imágenes que según las luces de colores marcan los tiempos y trabajos, desde el amanecer a la puesta del sol.
Y hablando de tiempos, si tuviéramos que pagar las horas invertidas en el trabajo, diseño y montaje de ese Belén, seguro que el presupuesto municipal, quedaría desequilibrado, porque el retorno social es tan grande que Canet se beneficia de los muchos visitantes que acuden a la cita anual con su monumental Belén.
Ejemplar, entrañable, exquisito y sobre todo bien presentado son los calificativos que adornan esta joya que se expone en la Casa de la Cultura de Canet, un paseo desde Valencia, y otro paseo más cercano desde el Camp de Morvedre, La Baronia, y todas esas encantadoras ciudades que rodean Canet.
Déjense empapar por la magia, gocen del arte bien hecho, disfruten de una obra de ingeniería manual, que cada año se supera en innovación, trabajo y belleza. Canet puede presumir de muchas cosas, pero si algo pone una nota relevante de buen color y armonía es su fantástico Belén que cada año diseña Ramón Fernández.
Un buen motivo para hacernos pensar en tantos detalles que se han suscitado este año en torno a los belenes, los magos, las magas, los pajes o las pajas… es algo que reviste la sencillez que nos da la historia, un niño recostado en un pesebre, unos pastores, un pueblo de campo…
Todo eso que nos cuenta la sagrada escritura, se recrea en la costera ciudad de Canet, y todo eso ejecutado por la mano de un artista que fruto de su ingenio, y con una mente serena es capaz de envolver de magia, la fiesta de Navidad, en la que profundamente nos deseamos la paz, el amor, la prosperidad… porque la esencia de esas frases está en que como dice el villancico Noche de Paz: «… ¡hoy ha nacido el amor!»
Feliz año nuevo, la mejor ocasión para visitar Canet.