POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
Las 12 familias del bloque 17 del barrio de La Fama, en Murcia, cumplen todos los requisitos menos uno para acceder a las ayudas para la rehabilitación de viviendas. Porque entre todas no superan, ni en sueños, los 3.400 euros de ingresos mensuales; sus destartaladas casas se construyeron hace más de 35 años y el 70% de la superficie es residencial, aunque en los sótanos solo residan ratas como leones. Sin embargo, a las 12 familias del bloque 17 les falta el requisito más importante para cuantos ciudadanos intentan culminar un trámite administrativo: la paciencia.
«¿Y para qué queremos eso? ¡Si llevan años sin ayudarnos en nada!», suspira Antonio Montoya, uno de los vecinos, mientras señala el estado deplorable en que se encuentran hasta los cimientos del bloque, al que curiosamente llaman chalé. Desde las ventanas, otras propietarias rompen a reír, pero a carcajadas, cuando conocen que podrían acceder a una ayuda pública para rehabilitar su edificio. «¡Igual hartos de vino lo creemos!», bromeaba una. «Aquí, si es que vienen, que traigan el dinero porque no nos fiamos», apuntaba otra.
Enumerar el catálogo de reparaciones urgentes parece interminable: moho y humedades, arquetas de desagües atrancadas, goteras, grietas por todo el edificio… a menos de 5 minutos a pie del centro de la ciudad «¡Dile al consejero que venga, que venga y nos explique el plan!», proponía Carmen, otra vecina. Al fondo del rellano, Eugenia Martínez observaba la escena cavilosa.
Eugenia cumplirá 83 años en febrero. Es una de las primeras residentes en el chalé, al que se trasladó «cuando enfrente solo había huerta». Ahora se levanta un hotel de lujo. Los años, más que desconfiada, la han hecho cauta. «No vendría mal que repararan. Pocos edificios habrá en Murcia peor que este». Y luego guarda silencio de nuevo mientras otra vecina denuncia que «están todas las casas ‘pudrías’. ¡Si hasta se me cae el comedor a ‘piazos’!».
Patrimonio abandonado
Al otro extremo de la ciudad, en el paseo Alfonso X el Sabio, esquina con la calle Lepanto, se alza otro edificio que también indigna, en este caso, al resto de vecinos del barrio. Es una enorme mole donde solo viven dos propietarios. El resto, que pertenece a una gran empresa murciana, está cerrado. Y un gran cartel amenaza el posible desprendimiento de cascotes. «Deberían solucionar este problema -denunció ayer José Muñoz, un comerciante del barrio, antes de anunciar planes que huelen a propaganda».
Similar opinión compartían otros residentes en la calle Platería, donde se alzan dos antiguos edificios cerrados desde hace años y cuyas fachadas amenazan ruina. Ambas están protegidas por su valor artístico. «Aquí podían invertir ese dinero», propone una comerciante. Lo mismo que apunta Antonio Franco, otro residente en La Fama que muestra su sorpresa cuando descubre que la Consejería pretende crear 500 puestos de trabajo con su nuevo plan. Y sentencia: «Llevo parado dos años y la casa se me cae encima. Así que las dos cosas me interesan. ¿Por dónde empiezo?».
Fuente: http://www.laverdad.es/