POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Se llamó ARCADIO JOSÉ GONZÁLEZ GRANDA.
Nació en La Isla (Colunga) en 1868, hijo de don Laureano González y de su esposa doña Elisa Granda, que fue maestra en esa localidad.
Sus padres, pensando en un destino de docencia, le motivaron para estudiar Magisterio en Oviedo; pero él, amante de la literatura y de la música, siguió su vocación para dedicarse a la poesía y, en cierto modo, al periodismo.
Dirigió «El Progreso de Villaviciosa», fue emigrante en Hispanoamérica y, retornado a Colunga en 1930, aquí siguió escribiendo y publicando.
En el libro «Villaviciosa y su Progreso (Imp. La Lealtad, Villaviciosa 1920, pág. 222), dirigido y editado por Víctor Vallín Martínez y Gerardo Fernández Moreno, figura un poema suyo titulado CANTO A VILLAVICIOSA, de muy cuidada sensibilidad.
De ese libro es la foto que ilustra este comentario.
Un hermano suyo casó con una hermana de mi suegro, Ángeles Alonso Valle. En mi libro COLUNGA EN EL AYER (Ed. Amberley. Madrid 2010, pág.121) se publica una foto relativa a una comida familiar en Lué donde Arcadio sembró amistad y cariño con toda la familia Alonso Valle.
Entre los poemarios publicados por nuestro personaje («Sueños gris y rosa». Villaviciosa 1924; «La senda de los poemas», Oviedo 1932; «Laureles de España», Oviedo l939), hay uno titulado ESTAMPAS DE LA GUERRA, editado en 1938. En él se encuentra un CANTO A ESPAÑA, que bien pudiera servir de premonición a sucesos que hoy nos atañen y afectan.
Espigamos algunas estrofas:
«¡Salve, querida España! Escucha este canto mío
que llena las cadencias de un cántico bravío
nacido en la conciencia de mi idealidad;
él tiene los valores de nobles arrogancias,
él tiene las verdades de líricas fragancias
y surgen mi sincero cual honda claridad.
Es canto que a ti, la Nacional, la santa,
dedica un hijo humilde que al venerarte canta
con el valor vibrante que da la inspiración;
yo quiero en mis anhelos rendirte pleitesía,
yo quier con cariño rendirte el alma mía
y darte en estos versos mi fe y mi corazón.
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¡Hicieron la anti-España! Imperio de malditos,
manada de lobeznos que en fieros apetitos
tan solo instituyeron por ley la destrucción.
El crimen fue su norma, el fuego su cultura,
el robo y el pillaje su forma de locura,
la faz del ateísmo su horrible religión.
Y, así, con estos credos hablaban de justicia,
y en colmo de sarcasmos con pérfida malicia
alzaron postulados de amor y de igualdad;
y ya en completa farsa, bandidos de renombre,
tuvieron el cinismo de hablar ¡hasta en tu nombre!
pidiendo ayuda al mundo en aras de la paz»
Dicen que la historia, maestra de vida, es cíclica.
Puede que eso sea cierto.
Nosotros, desde aquí, dedicamos el recuerdo a uno de nuestros poetas: ARCADIO JOSÉ GONZÁLEZ.