POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Hace muchos años -más de medio siglo- cuando era director del Colegio de Enseñanza Media de Sahagún y aún no tenía el «seiscientos», nuestros viajes a Colunga y de Colunga a Sahagún los hacíamos en el taxi de un colungués, Candido Vega «Candidín», hombre de mucha coña y de muchas «trolas». En uno de esos viajes, parando a comer en Matallana de Valmadrigal, nos preguntó la camarera si éramos asturianos; pregunta a la que con mucha seriedad respondió Cándido: «No señorita, no; somos de la República de Villaescusa».
¡Quién lo diría!
Candidín se adelantó, con su reflexión, nada menos que 50 años a la «casi realidad española actual».
También recuerdo que, superada la transición y aprobado el llamado Estado de las Autonomías (las «autonosuyas», como las llamaba Vizcaíno Casas), se cambiaron las matrículas de los coches adaptándolas al nombre de la Autonomía o de la Provincia de matriculación.
Así Girona (antes Gerona) respondía a las siglas GI; circunstancia que aprovecharon algunos asturianos gijoneses para matricular sus vehículos en Girona y, así, utilizar GI como identidad de su matrícula. Ellos decían que era vehículo matriculado en GIJON; y por ello no traía la O de Oviedo.
Cosas de la rivalidad local.
Ayer, el alcalde de Girona -aún no me adapté a escribir su nombre- fue designado Presidente de la Generalidad catalana y, como mi amigo Candidín el taxista, ya se apresuró a pregonar la próxima República de Catalunya.
¡Esto hay que celebrarlo!, me dije.
Así que voy a preparar unas COSTELLES DE FIESTA MAYOR como hacen en Rupià, que es un pequeño municipio gerundense (5,4 km cuadrados y apenas 300 vecinos) situado en el «Bajo Ampurdán»).
Reposan 6 chuletas de ternera, durante dos horas, en un adobo de vino blanco, zumo de limón, sal y pimienta.
Se sacan, escurren y fríen en sartén con poco aceite. Se sacan y reservan en lugar templado-caliente.
En el aceite de fritura se suma el vino del adobo, trufas cortadas en laminitas, jamón muy picadito y un poco de harina. Da unos hervores para formar una salsa espesita a modo de crema muy fina y ligera.
Se disponen las chuletas en una fuente, bañadas con la salsa y complementando con patatas fritas.