YA VIENEN LOS REYES POR EL TORREJÓN…
Ene 12 2016

POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA

Año 1962. Reyes Magos y pajes en templete de la Música del Paseo Vista Alegre, con el alcalde Juan Mateo García, Ramón Soria y el cabo de la policía municipal Carlos Mercader. / Foto cedida por Francisco Rebollo
Año 1962. Reyes Magos y pajes en templete de la Música del Paseo Vista Alegre, con el alcalde Juan Mateo García, Ramón Soria y el cabo de la policía municipal Carlos Mercader. / Foto cedida por Francisco Rebollo

Al rey Melchor, Fernando Pérez, que ilusiona
a todos los niños desde hace cuarenta años.

Finalizan la Navidad con la noche en la que ponen más ilusión los pequeños de las casas: la noche de Reyes. Pero antes, como es tradición, hay que presenciar su Cabalgata, jinetes que caminan o cabalgan por Torrevieja en un encuentro esperado tanto por los niños como por el resto de la familia que recordándonos la importancia que tiene compartir ilusión, alegría y esperanza.

En Torrevieja, las primeras noticias de cabalgatas de Reyes son a comienzos del pasado siglo. Según relata Mari Paz Andreu, había en el archivo parroquial unos manuscritos de Manuel Capellín, inspirado compositor torrevejense, y José Viudes -que fue director de la banda de música municipal-, con villancicos populares, entre los que se destacaba cuando los Magos llenaban de ilusión las imaginaciones infantiles, la estrella con rabo que los guiaba desde ‘el Torrejón’, lugar por donde se aproximan la caravana regia a nuestro pueblo, poniendo en la boca de los pequeños el estribillo de ese cántico tan nuestro: “Ya vienen los Reyes por el Torrejón y al Niño le traen un cacho de carbón” o “un cacho de turrón”, o “ya viene los Reyes por el Pozo Dulce y al Niño le traen una caña dulce”, según lo obediente que hubiera sido cada niño.

A principios de enero de 1928, entre las tiendas que expusieron juguetes para festejar el día de Reyes llamó la atención el ‘Bazar Sala’, que exhibió un escaparate especial dedicado al ‘Circo Krone’ que en esos días estaba instalado en Alicante. Con su presencia, tuvo la capital la más impresionante cabalgata que jamás se había celebrado: decenas de elefantes cruzaron la actual Explanada, tras ellos sus majestades de Oriente montados sobre camellos. En Torrevieja se vio condicionada a los tres Reyes sobre tres caballos y los tres pajes que sujetaban las riendas, con antorchas humeantes de colores.

Acabada la guerra civil, las cabalgatas las instauró la Jefatura Local del Movimiento, en colaboración con el Frente de Juventudes, encabezado por el delegado local Ramón Soria. Siguieron siendo cabalgatas sencillas cuyos preparativos y salida se hacían en la cala del Palangre en una casa utilizada para vestirse los Reyes y la pequeña corte de pajes y heraldos.

Los tres Reyes Magos realizaban el recorrido con los caballos facilitados por ‘Mané’ el gitano y, como innovación, en 1961, desfilaron sentados en sillones del salón de actos del Ayuntamiento instalados en una plataforma que era remolcada por un tractor, acompañado por uno o dos guardias municipales para evitar accidentes.

Hicieron por aquellos años de Reyes y pajes, entre otros muchos: Guillermo Sabater, Alfonso y Antonio Esteve, Francisco Rebollo, Nicolás Martínez, Manuel Campillo, Carrasco, José María Celdrán, José Luis Monera, Antonio Ortuño, Joaquín Cos, Antonio Andreu, José Martínez y muchos más.

Cada año discurrían tres reyes, tres pajes, tres cornetas y media docena de pastoras pertenecientes a la Sección Femenina. Hacían su entraba por la calle Ramón y Cajal, provenientes de Oriente, de Levante, por ‘el Torrejón’, mientras que todos los niños congregados junto al baluarte los esperaban con cara de pasmados agitando pequeñas banderitas de papel.

La banda de la ‘Unión Musical Torrevejense’ interpretaba una marcha que los niños cantábamos con una letra que más o menos decía: “No comerán patatas, no, que comerán turrón…”. Muchos caramelos se lanzaban a niños y padres que acompañaban a la comitiva. Vestían lujosos vestidos y regias capas -por lo menos eso se les parecía a los niños- junto a portadores de antorchas y bengalas, acabando su recorrido en las puertas del templo adorando al Niño Jesús.

Seguidamente iniciaban su recorrido particular para hacer la entrega de juguetes de la ‘Campaña de Reyes’ a los chiquillos de las familias más desfavorecidas y a los ancianitos del Hospital de Caridad. Después recorrían el resto de las casas, por los tejados de taja plana o curvilínea, descolgándose por las chimeneas donde aguardaban zapatitos limpios y las banderas con las que habían ido a esperarlos, dejando los regalos y juguetes en balcones y patios.

La cabalgata de 1973 tuvo innovaciones, arribaron a bordo de un pesquero de ‘los Tabardos’, engalanado con luces y banderolas. Tras dar a sus majestades un paseo por la bahía, desembarcaron en la confluencia del paredón con el muelle pesquero, donde les esperaban las autoridades locales y la banda de música para darles una alegre bienvenida con sus notas alegres. Los Reyes, que previamente habían enviado a sus emisarios por tierra en un impresionante automóvil ‘haiga’ descapotable americano de comienzos de los años cincuenta, desembarcaron y ocupándolo recorrieron en él las calles hasta el templo parroquial.

En 1980, Melchor Gaspar y Baltasar volvieron a entrar en la población en caballo, a la Colonia San Esteban desde donde se desplazaron en una carroza, haciendo su primera escala en el asilo de ancianos; por segunda vez se eludió el camino tradicional. Al siguiente año fueron recibidos a la entrada del pueblo, en la calle San José, siendo escoltados por los borregos de ‘el Corro’, abriéndoles paso ‘el Colo’ que con su caballo.

En 1990, fue el primer año que llegaron SS.MM. en camellos, casi doscientas personas tomaron parte en la cabalgata y exóticos animales formaban el séquito de cada rey: poneys, leones, tigres, serpientes pitón, monos y diversas aves tropicales, todas ellas traídas de ‘Río Safari’ de Elche, y entre los regalos hasta trajeron un Renault-4, sufragado por el Ayuntamiento, para las ‘caritativas monjitas del hospital’.

Esa noche se olía a chocolate y bolitas de anís, a celofán y a muñeco recién estrenado, los sentimientos se disparaban haciendo que los mayores se volvieran infantes, trasladándose a muchos años atrás, tal y como ocurre hoy día.

Los tres Reyes, cada cinco de enero, nos hacen a los humanos mirar nuestros recuerdos. Astrólogos, Magos, Reyes, quien sabe realmente lo que eran y si fue verdad, pero cada 5 de enero Torrevieja es por ellos visitada.

Fuente: http://www.laverdad.es/

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