NADIE SE PERCATÓ DE QUE ESO PODÍA CORRER PELIGRO», ASEGURA LINA URBANEJA, PRESIDENTA DE CILNIANA Y CRONISTA OFICIAL DE ISTÁN (MÁLAGA)
El expolio perpetrado en la Villa Romana de Río Verde hace justo una semana ha encendido las alarmas sobre el grado de protección de los yacimientos arqueológicos de Marbella. Barreras físicas que pueden ser burladas con facilidad, y en muchos casos ni siquiera eso, son los elementos con los que cuentan las excavaciones, pero también otros restos y buena parte del inventario de edificios que conforman el patrimonio municipal, para mantenerse a salvo de actos vandálicos y robos. Véanse los casos de la Basílica Paleocristiana, Las Bóvedas o Termas Romanas y la ultrajada Villa Romana. Tres yacimientos sobre los que distintas administraciones han invertido recursos económicos en los últimos años para adecentarlos y permitir su visita. Expertos consultados por este periódico también llaman la atención de forma expresa sobre la fragilidad de las medidas de seguridad de la sala arqueológica del Cortijo Miraflores, mientras que otros directamente apuntan hacia el patrimonio que está dejándose morir por falta de mantenimiento. Los dedos señalan hacia el Trapiche del Prado, la Ferrería de la Concepción, el asentamiento de Cerro Torrón o el Convento de los trinitarios.
Las asociaciones Cilniana, Marbella Activa y San Pedro 1860, tres entidades con probado recorrido en la defensa de la cultura local, coinciden en que, tras el robo de las teselas que formaban la cabeza de Medusa y uno de los animales acuáticos del conjunto, no es el momento de buscar culpables, sino de ponerse a trabajar para ampliar el grado de protección de estos tres yacimientos considerados la joya de la corona del patrimonio marbellí.
A la par que avanza la investigación policial, el Ayuntamiento de Marbella ha diseñado un plan especial para dotar de medidas de seguridad y vigilancia a los tres yacimientos arqueológicos del municipio. El primer paso será instalar cámaras de vigilancia a partir de esta misma semana. Además, tal y como adelantó este periódico, en el caso de la Villa Romana se buscará una solución para garantizar el cerramiento completo del recinto.
Para los especialistas consultados en materia patrimonial, la iniciativa anunciada con carácter urgente es acertada, pero se queda corta. Los expertos ponen encima de la mesa un abanico de soluciones complementarias que van desde las más simples -como incrementar la iluminación y las rondas policiales en los alrededores de los yacimientos- hasta las más complejas y costosas -como crear un parque arqueológico con un centro de interpretación de los tres sitios y/o un museo de la ciudad en el que exponer los restos de valor-.
El Consejo Sectorial de Cultura, un órgano local que está previsto constituir para abordar los temas relacionados con este ámbito, se perfila como el foro adecuado para plantear los retos futuros en materia de protección patrimonial. Así lo estima, al menos, el responsable técnico del Plan Estratégico de Marbella, Javier Lima, que hace una radiografía negativa sobre el estado de conservación de los yacimientos y edificios monumentales de la ciudad. «Patrimonio tenemos mucho, pero muy maltrecho. Lo que ha sucedido debe servirnos para tomar conciencia de que no basta simplemente con tener, sino que hay que dar los pasos para cuidarlo como se debe», afirma.
Plan Estratégico
El citado Plan Estratégico, el documento que sienta las bases para un desarrollo económico y social de forma sostenida, pone el acento en la necesidad de recuperar la identidad cultural. El responsable técnico del texto apunta que la creación de un museo de la ciudad sería el instrumento adecuado para hacerlo porque pondría en valor los restos y la historia de Marbella desde una perspectiva cultural y turística. Según Lima, con este equipamiento los restos más importantes estarían mejor custodiados, la oferta turística sumaría un aliciente más y, sobre todo, se daría a conocer mejor a los ciudadanos la historia que tiene el municipio.
A nadie se le escapa que Marbella no es una gran ciudad monumental, pero lo que existe tiene suficiente entidad para convertirse en un atractivo turístico más. A este planteamiento se suma Lima, presidente asimismo de la Asociación Marbella Activa, para quien es incomprensible que una ciudad turística como ésta no exprima el jugo de los hallazgos que se ubican en el territorio con la apertura de un museo de la ciudad.
«Es fundamental contar con un museo no sólo para restos arqueológicos, sino también para que nos cuente la historia, los oficios y la historia de Marbella y su gente», apunta Lima. «Hablo desde la especulación -prosigue-, pero si el mosaico expoliado hubiera estado en un museo, seguramente hubiera estado mejor custodiado, mejor conocido y más visitado; aparte de ser un recurso turístico fenomenal».
El planteamiento del responsable técnico del Plan Estratégico supone exhibir los restos originales importantes en un recinto cultural, sustituyéndolos en el yacimiento por una réplica. Una idea que desecha el historiador José Luis Casado. El vicepresidente de la Asociación San Pedro 1860 apunta que esta propuesta supondría descontextualizar los yacimientos y señala que, salvo contadas excepciones, ni la Basílica Paleocristiana ni Las Bóvedas poseen ya elementos que se presten al expolio. No obstante, el carácter aislado de ambos yacimientos, abre la puerta a posibles actos vandálicos, especialmente en Las Bóvedas. Otro cantar son los mosaicos que permanecen intactos en la Villa Romana, con gran valor patrimonial. Algunos de ellos únicos. No es el caso del mosaico robado puesto que el motivo de la medusa se repite en otras localidades españolas con restos romanos
Casado acoge con los brazos abiertos la instalación de cámaras anunciada por el Ayuntamiento de Marbella, además de cerrar completamente la Villa Romana, tal y como contemplaba un antiguo proyecto. El sampedreño apunta que el plan podría completarse con otras medidas sencillas para disuadir a los maleantes. Un sistema de iluminación que se activara con el movimiento y que la Policía Local incluya el entorno de los yacimientos en la rutina de sus rondas son medidas suficientes para el historiador. «Estas son propuestas razonables y ayudarían a incrementar la seguridad. Llevar las piezas a un museo sería descontextualizar los yacimientos y la creación de un parque arqueológico como se planteó no incrementaría la protección», afirma el vicepresidente de la Asociación San Pedro 1860.
Casado se refiere a la propuesta que ha defendido Cilniana desde su fundación. Un parque arqueológico en el que se integren la Basílica Paleocristiana, Las Bóvedas y la Villa Romana. La asociación cultural indica que este conjunto facilitaría el conocimiento de los tres yacimientos en una única visita, que culminaría en un centro de interpretación donde el visitante pudiera comprender mediante carteles, vídeos y otros elementos la importancia de los restos contemplados. «Estoy segura de que si se hubiera ejecutado ese proyecto no hubiera ocurrido el atentado contra la villa porque habría personal cualificado al frente y las medidas de seguridad serían mayores, pero parece que no ha existido suficiente voluntad política», sostiene la presidenta de Cilniana y cronista oficial de Intán, Lina Urbaneja.
El ‘no’ de Cilniana
Durante los últimos años de legislatura del PP, la entonces concejala del ramo, Carmen Díaz, inició los pasos para crear un parque arqueológico con estos yacimientos, y pidió a Cilniana, según confirma la propia presidenta, que diseñara el centro de interpretación. Invitación que declinó la asociación al no contar con los expertos necesarios. La actual responsable de Cultura, Gema Midón, confirmó a SUR que la idea del centro de interpretación no se había enterrado, pero que antes se quería avanzar en la preservación de los restos de la Basílica Paleocristiana que están expuestos a los efectos del agua, el viento y el sol.
Urbaneja pone de relieve el valor de la pieza robada. Un mosaico que forma parte de un conjunto con motivos únicos, aunque la representación de las tres hermanas gorgonas -Medusa, Esteno y Euríal-, explica, corresponde a una moda que hubo en el siglo II por el que se reproducían como símbolo de prosperidad y felicidad para los habitantes de la casa. «La pérdida es horrorosa y la destrucción del patrimonio tremenda. Han expoliado uno de los elementos patrimoniales más valiosos porque formaba parte de un conjunto de mosaicos romanos, algunos de ellos únicos como puede ser el Culinario. ¿Es lógico que un yacimiento así no tenga vigilancia? Tal y como vemos la situación hoy, no. Pero lo cierto es que nadie se lo ha planteado nunca: ni la concejala que había antes ni los que están ahora. Nadie se percató de que eso podía correr peligro», asegura Urbaneja.
La Villa Romana de Río Verde fue descubierta en la década de los 60 del pasado siglo por el arqueólogo y catedrático Carlos Posac, y por Fernando Alcalá Marín, entonces delegado local de Excavaciones Arqueológicas. Posac contó a sus allegados como a punto de dar por concluida la misión sin haber descubierto nada, un lugareño les puso sobre el aviso de la existencia, años atrás, de «unos dibujos hechos con gresite» detrás de determinada loma. Con las indicaciones adecuadas, la excavación resultó un éxito y salió a la luz una villa romana cuyo esplendor se sitúa entre los siglos I y II. Fue tanta la conmoción que causó en Marbella aquel hallazgo, que la gente se movilizó y obligó al Ayuntamiento a comprar la parcela que era privada para que los mosaicos no salieran de la ciudad. 50 años después, la movilización vuelve a ser necesaria, ahora para proteger unas obras de arte que sirvan para el disfrute y conocimiento de generaciones venideras.
Fuente: http://www.diariosur.es/ – Nieves Castro