POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE ARÉVALO (ÁVILA)
Cada año por estas fechas tendemos a realizar un recordatorio, a modo de balance, de lo que ha sido el año. En este caso y en las líneas de esta columna “Desde mi torre Mudéjar” un balance de lo relativo a este rincón de Castilla, de mi pequeña ciudad y bajo mi punto de vista.
Como en todas partes, este ha sido un año de elecciones, primero las municipales y autonómicas, y hace menos tiempo las generales.
Se podría decir con propiedad que todo el año ha sido de campaña electoral, y la ciudadanía un poco cansada… como casi siempre, las encuestas, interesadas o no, profesionales o no, han fallado bastante y al final la que vale es la que nace de las propias urnas.
El resultado local, evidente y notablemente claro. En mi ciudad, repite el alcalde popular Vidal Galicia, de nuevo con mayoría absoluta, aunque algo menos que la anterior. El resto no levanta cabeza. Eso comentaba yo a un alto cargo socialista, que las cosas pasadas se han dejado sentir. Lo mismo que a otra autoridad popular, que se mantiene en esos niveles por la flojedad de la oposición. De cualquier modo, esto es lo que hemos querido los votantes.
En lo general el tema está que arde, nadie ha perdido… pero nadie ha ganado. Esto es un círculo de nunca acabar. Si no cuajan las conversaciones ya se plantean nuevas elecciones. Pero esto no es lo mejor para España. Hay demasiada inquina y falta el dialogo poniendo por encima de todo lo más importante, España. Fíjense amigos lectores, yo nunca había tratado estos temas en mis columnas, pero es que ahora todo está impregnado en esta vorágine política. ¡Todos discutiendo y la casa sin barrer!
Yo quería hablar de otros temas, de mi pequeña ciudad o de su comarca, como siempre. Y aquí tenemos algunos temas que este año han sonado y muy fuertemente en los ambientes locales de tertulia.
El turismo, a pesar de los malos augurios, se salva muy dignamente, las cifras cantan, aunque nos habíamos acostumbrado al ambiente de Las Edades y después todo parece insuficiente. Ahí está el renovado y magnífico castillo con su Museo de los Silos y del cereal, que está siendo muy visitado y disfrutado. Todo es mejorable y tendremos que aplicarnos en nuestra presencia en los lugares importantes donde se muestran los valores turísticos, ya viene FITUR el gran escaparate donde hay que estar.
Pero entre tanto, el humilde pero resultón Museo de Historia de la Ciudad también arroja un balance de visitas más que aceptable. O la ruta de cuatro históricas iglesias arevalenses, con su importante legado histórico y artístico, y un sistema de apertura organizado para el visitante que quiere ver cosas a un precio más que razonable, y que revierte en su conservación.
Luego están los nuevos proyectos, como la primera fase ya casi finalizada del Cinturón Verde de Arévalo, el corredor del Arevalillo que, a pesar de desaprensivos y vándalos sigue alcanzando metas y ya está siendo disfrutado por muchos arevalenses. Dentro de poco, cuando reverdezcan sus plantaciones, se notará aún más la labor realizada, una meta largamente acariciada por todos, menos por algunos, los menos…
Otro tema que está dando mucho que hablar es el museo de arte contemporáneo de la Colección Adrastus, es uno de los temas del año, que también sigue sus pasos adelante cuajando el proyecto inicial, al que se le han sumado más terrenos colindantes comprados para ampliar la idea inicial. Esto pone de manifiesto que el tema está siendo bien acogido en las esferas de decisión y dentro de poco podremos conocer más detalles de este centro cultural, de una fundación internacional, que comporta la recuperación de unos edificios históricos del antiguo colegio de los Jesuitas y las ruinas de su iglesia.
Entre tanto, muy tímidamente, algo se nota de mejoría económica. Aquí lo empezamos a ver cuando Madrid despierta, y en la práctica, se empieza a notar el aumento de afluencia… somos del círculo de influencia de Madrid, evidentemente.