POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Por todas partes me llegan noticias de gente que trabajaba en el HUCA y pidió el traslado a otra parte o está en ello. Dicen que el nuevo hospital les absorbe la energía, que los agota, muchos están de baja por depresión, por fatiga, por un ictus, por pérdida de peso, por estrés, por antipatía generalizada… A muchos sanitarios les cambió el humor, celebran con pitadas el aniversario del Centro y oí que hasta enloquecen; las distintas áreas de trabajo cambian de gerente y, con frecuencia, personas a las que pretenden otorgar más responsabilidades se nieguen a aceptar un ascenso. ¿Qué sucede? Hay quien asegura que guarda relación con que el edificio se asentó y levantó en los terrenos del manicomio de La Cadellada, en un aire psíquico insano, con enormes sufrimientos sin resolver. O quizá, con todo lo grande, sea un edificio estrecho para tanto dolor.
Fuente: http://www.lne.es/