POR APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID)
Viajero o turista andano
de este mundo divertido,
nunca serás mejor ido
que al enclave segoviano.
Vente, que te doy la mano,
te ofrezco su contenido
y sabrás que ello no ha sido
para pasártelo en vano.
Pasa, pasa. Pide un plano,
y del Alcázar subido
baja al acueducto hundido
en terreno real y llano.
No porque fuera romano
sillarmente suspendido,
deja de estar en olvido,
deja de ser segoviano.
Adelante, ciudadano,
que más pasos aún te pido
porque andes entretenido
tras la cobra de Trajano,
con el Paular cartujano,
con el Carmen adherido,
con el Clamores tendido
y el Eresma trasmontano,
suicidándose perdido
entre pinos piñocanos
por arroyos cervatanos
alquilado y mantenido.
Vete después de este arcano
de todo lo sucedido
en tanto que el tiempo huido
siga pródigo y cercano.
Siempre serás bienvenido.
Hete aquí un segoviano.