POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE FIDALGO (COLUNGA)
Una lectora amiga, un poco entusiasmada por lo que escribí acerca de la colineta, me decía: «Seguro que usted sabe cosas acerca de los bizcochos caseros de nata y hasta nos da alguna receta original».
¡Hombre!, ¿qué quieren que les diga?
Me ponen en un «membrete», que decía el otro, porque en la actualidad ni hay vacas, ni hay leche de casa, ni hay «ñates», ni nada de nada. Así que les contaré mis recuerdos.
Antaño, en las casas campesinas siempre cuidaban con especial esmero una vaca en concreto: era la que «daba la llechi pa en casa»; es decir, para el consumo propio.
De esta leche, una vez reposada tras el ordeño, se separaba la nata que sobrenadaba en el líquido y con ella se elaboraba la mantequilla o se destinaba a labores de repostería.
También, cuando se hervía la leche para preservarla de un cuajado o de «posibles contaminaciones», la nata que sobrenadaba a modo de telilla se guardaba y se destinaba a la elaboración de bizcochos, galletas o, mezclada con azúcar, hacer bocadillos para la merienda de los nenos.
Nuestro refranero nos advierte sobre esta doble faceta campesina. Así, cuando se refiere al cuidado de la «vaquina de casa» dice: «Ye la muyer que cata, la que sabe´l sabor de la nata»; y también: «La pita y la xata, pol picu dan la nata».
En cuanto al destino de este producto, aconsejan por el occidente: «A muyer que come a nata non ten suerte coa manteiga».
La elaboración casera de bizcochos de nata es muy antigua, encontrándose fórmulas desde el siglo XVII (Martínez Montiño) hasta nuestros días. Juan de la Mata, en su Arte de Repostería (año de 1747) nos ofrece una receta muy curiosa. Y si vamos a nuestros tiempos de hoy, les recomiendo el libro de Magdalena Alperi «Guía de la Cocina Asturiana» (Silverio CañadaEdit. Gijón l987 , pág. 2O7).
Pero verán, pasa una cosa.
Hurgando en el libro de Montiño «Arte de Cozina, Pastelería y Vizcochería (1611), encontré esta receta que, estoy seguri, les va a hacer mucha ilusión para estos próximos carnavales.
La titula «Una fruta de Natas» y yo la denomino «Torrijas de Nata para Antroxu».
Copio la fórmula literalmente y ustedes deberán «actualizarla». Es muy fácil.
«Tomarás un plato de natas, o seis escudillas, que todo será uno, y le echarás 12 yemas de huevos, y media libra de azúcar molido y cernido; y luego le echarás pan rallado, hasta que esté travado, como batido de vizcochos, y un poquito más. Y harás unas caxitas de pliegos de papel y las untaras por dentro con un poco de manteca de vacas, y echa el batido en las caxas de papel, y las meteras en el horno, y se coceran como vizcochos. Y despues que esten cocidas, sacalas y haz rebanadas, y rebozalas con huevos y frielas; y pasalas por otra media libra de azucar en almibar; y haras un plato de unas torrijas muy regaladas, y echales por encima un poco de canela molida y azucar raspado».
¿Se animan a prepararlas? Estoy seguro que les saldrán riquísimas y que sorprenderán, con ellas, a familiares y amigos.
Por favor, cuéntennos su experiencia.