POR APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID)
¿Y por qué no el hígado, el bazo, los huesos, la caspa, los músculos, los dientes, los huevos, los ojos, la barba, la cara, el careto, las uñas, las vértebras, los codos, los pelos, las ingles, las vísceras, la sangre, el aliento, la orina amarilla, el menisco, el tuétano, las piernas, los brazos, y además el cuello, el talón de Aquiles, la panza, el trasero y otro no nombrado y muy viril miembro que ostentan a orgullo con todo su empeño en favor del pobre, en favor del pueblo?
Que lo hagan, y así todos tan contentos. Pero no, mi amor. “Eso no es de acuerdo”, dicen y se callan como muermos viejos.
Les faltan collones, les sobran camelos, van de envidia a ira y de cuenta a cuento.
¡Ay cuánta mentira, cuánto choricero, cuánto colocado en el parlo y miento para no hacer nada que merezca premio!
¿Volver a elecciones? Vano y triste intento. Igual o peor permaneceremos.
¡Qué mandos! ¡Qué pandas! ¡Qué pasimisiegos! …Y nosotros, ¡hala!, borregos, borregos. ¿Será, y ya es casual, que lo merecemos?