POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Es en «La Venganza de don Mendo», cuya autoría corresponde a don Pedro Muñoz Seca, donde uno de las damas al servicio de doña Magdalena Manso de Jarama, la protagonista, califica las apetencias sexuales de su señora con estos versos:
«…Ayer privaba un atleta,
y hoy quien priva es un poeta
de las baladas divinas,
¡Infeliz! Es más coqueta
que las clásicas GALLINAS.»
Sabido es que las gallinas, esas que viven en libertad y en compañía de gallo altanero, cada vez que este «tuerce el ala» en señal de cortejo, ya están dispuestas «a la coyunda», como se decía antiguamente.
Pero como todo en esta vida, hay gallinas y gallinas.
Parece ser que las más coquetas (por no decir las de mayor hiperactividad sexual o «calentorras») son las de la raza Leghorn, pequeñas, blancas, menuditas, con gran cresta roja inclinada A LA IZQUIERDA, híbridas de la gallina italiana de Liborno y de la Andaluza. Son grandes ponedoras (sus huevos son de cascarón muy blanco y yema muy amarilla); tanto que no pierden el tiempo en encluecar sino que únicamente lo emplean en comer, poner y «ayuntar» (sí, ese verbo que también termina en -er) con el gallo.
Se afirma que cada una pone algo más de 300 huevos al año.
Mi más que amigo, ELÍAS BARREIRO, bodeguero y hostelero en O Santo (Sanxenxo) es experto en gallinas, ocas, patos, faisanes, pavos… Tiene gallinas Leghorn y me decía que, excepcionalmente, una de ellas (debe ser muy conservadora y tradicional porque «inclina la cresta A LA DERECHA) sí enclueca («allueza», decimos en Colunga).
Cosas de la naturaleza y del vino albariño, que hacen milagros.
También me cuenta que tiene «pites pintes» (raza asturiana) y que son muy «madrazas».
Tanto que una encluecó e incubó 4 huevos de oca; a lo que el gallo, encabronado al ver tan extraños polluelos, la reprendió sospechosamente: ¡Ay, pitina, pitina!, ¿con quién cortexes ahora?
Cosas también de la naturaleza y del vino.
Estamos ya casi en primavera y en el mercado de temporada aparecen las primeras cebolletas, plenas de aroma y sabor. Y, ¡ay, amigos!; otra vez el erotismo nos lleva a la cocina. Porque la CEBOLLETA es bulbo erótico, como nos lo recuerda Tomás de Iriarte (1750-1791) en «Cuentos y poesías más que picantes»:
«Salen a la luz pública, por fin,
las crecidas insignias del varón
con una CEBOLLETA de carmín
en un tallo más blanco que algodón…»
Así que, autoridades , señoras y señores, amigos en general, dispongámonos a preparar una TORTILLA SEXY, que, en definitiva va a ser una tortilla a la española con fantasía de erotismo.
En una sartén con aceite, al fuego mediano fuerte, freiremos las patatas, (sobre 1 kg escaso), ya sazonadas con sal, cortadas en láminas finas (no en cuadraditos) y con ellas, bien picadita, una cebolleta mediana muy fresca (o más, si gustan de ellas), hasta que el conjunto esté en su punto.
Se lleva a un cuenco grande donde habrá 5 o 6 huevos de gallina Leghorn bien batidos; se mezcla todo y se cuaja la tortilla en sartén con poca aceite y según la costumbre de cada cual.
Un albariño, DA OCA, por supuesto, es el complemento ideal.
NOTA.- La foto es mi tortilla de anteayer elaborada con huevos Leghorn y cebolleta de Colunga.