POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Pocos tuvimos la suerte de entrar por la puerta del tiempo (está en Siero) para viajar al pasado, al 22 de julio de 2015, a Bregenz, Austria, y disfrutar el último grito de Turandot, interpretada por la soprano Mlada Khudoley, que enamoró hasta las trancas a Calaf, hijo de Timur, según cantó el tenor Riccardo Massi al final, cuando suelen morir los protagonistas de las tragedias; pero príncipe y princesa sobreviven y quien realmente muere es el propio Puccini, mientras componía el dueto final de esta ópera. Magno espectáculo, con la Sinfónica de Viena dirigida por Marco Marelli, de Zurich él, el Coro Filarmónico de Praga y el del Festival de Bregenz. Criticaría de la realización audiovisual no haber ofrecido un solo primer plano de la orquesta ni del coro. Total, nueve euros y una noche a orillas del lago Constanza, incluso dentro. Asombrado me he.
Fuente: http://www.lne.es/