POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA
En febrero de 1930, de regreso de su viaje de bodas, visitaron Santa Pola Manuel Ezcurra y su esposa. Había tomado de nuevo la dirección técnica de las grandes obras que realizaba en esa villa, con destino al nuevo puerto de Torrevieja la recién formada Sociedad de Puertos y Pantanos S. A.
A mediados de 1930, estaba muy adelantada la construcción en Torrevieja de una central eléctrica, necesaria para dar fuerza a la gran grúa ‘Titán’ y a otras más inferiores que se adquirieron en para Santa Pola y desde donde se trasladaban los bloques a las gabarras básculas para ser colocadas en los brazos del puerto en construcción. En ese año las obras estaban muy adelantadas y ya se habían tirado al mar, en la dirección de la futura escollera, más de ciento cuarenta mil toneladas de piedra, habiéndose ganado a las aguas que antes tenían una profundidad mayor de diez a treinta y cinco pies, una extensión de seiscientos cincuenta metros de larga por ochenta de ancha, y como consecuencia sólo quedaba en esa fecha de tres a nueve pies de agua, para que quedara así convertido en uno de los brazos del anhelado puerto.
A comienzos de 1931, según se deduce de una carta escrita por el director de sanidad del puerto, doctor Rosendo Rosique, enviada al auxiliar y practicante de medicina Cayetano Chazarra, las obras del puerto de Torrevieja estaban bastante adelantadas:
“Mi querido Chazarra: me pides noticias de Sanidad en Torrevieja y sólo puedo decirte de nuevo, que también es nueva la casa que me están haciendo para mis oficinas.
Tú ya sabes la importancia que ha de adquirir este puerto y, por tanto, el pueblo, con la hechura de la Escollera, en construcción hoy, y muy adelantada por cierto.
Están gastando hasta cerca de seis millones de pesetas en la hechura del puerto. El trazado hubo de modificarse y así se hizo, para que al final sea de mayor importancia. Será el de hechura más moderna en España y de los de mejor traza del mundo.
Su movimiento será enorme, el día en que esté acabada su Escollera, pues cuenta Torrevieja hoy con 400 a 600.000 toneladas de carga sólo en sal. Ello dará como consecuencia que los vapores que traigan mercancías a España por el Mediterráneo, vengan con preferencia a este puerto para hacer su descarga, pues sus ventajas serán grandes al no tener que pagar otros gastos que los de un práctico, un solo amarraje, una observación de Aduanas, un solo sanitario, y evitarse molestias tan grandes como las que suponen los trámites legales de ayudantía de Marina, Carabineros, etc., etc. En fin, chico: como verás, habrá de transformarse tu pueblo (y mío ahora) para bien de todos, engrandecimiento nacional y esplendor de Torrevieja.
Mis oficinas, las están construyendo de nuevo, y me hacen una casa espléndida y de traza preciosa. Me colocaran nuevos muebles y un espléndido Laboratorio, donde podrás tú investigar casos raros, como yo haré los de mis enfermos de a bordo.
De gripe no hay en este pueblo; parecen noticias de la Luna, las que nos vienen, de que exista tal enfermedad. Nosotros no lo sabemos nada más que por los rotativos. También a mí me parece que es ‘un mito’ lo de las epidemias de gripe. En todos los tiempos hubieron pulmonías y bronconeumonías francas. En otoño y primavera, por ser precisamente el tránsito del bueno al mal tiempo y viceversa. Los cambios bruscos de temperatura, unido a los cambios de ropa, hacen que siempre sufran las colectividades estas afecciones.
Todo te lo digo, como ves, a ‘vuela pluma’. Tengo mucho que hacer y tú me perdonarás no te sea más extenso hoy.
Sabes cuánto te quiere tu amigo afectísimo
Rosique”
En marzo de 1931, tras volverse a dar la concesión de las obras a la Sociedad de Puertos y Pantanos S. A., continuaron los trabajos de tirar piedra en el puerto y comenzaron las labores de llevarse los bloques de piedra que había acumulados en la playa de Torrevieja, frente al Casino y junto a la pescadería, que privaban de vista a la explanada.
La punta del muelle o escollera que debía prestar refugio de los vientos de Levante se veía crecer por días.
(Continuará)
Fuente: Semanario VISTA ALEGRE. Torrevieja, 26 de marzo de 2016