POR SANTOS BENÍTEZ FLORIANO, CRONISTA OFICIAL DE CÁCERES
Como señalamos en el anterior artículo en esta misma página web, Juan II fue un Rey al cual Cáceres le tiene que estar muy agradecido porque dictó una orden para que se hiciera pesquisa sobre los terrenos que habían sido posesión del municipio, lo que terminó en una serie de pleitos que reintegraron muchos términos y lugares a Cáceres, por lo que actualmente tiene uno de los términos municipales mayores de España.
En el Archivo Histórico Municipal de Cáceres existen una serie de cinco documentos relacionados con este tema, todos de la época de Juan II de Castilla.
El primero de ellos, es una Carta misiva de D. Juan II, fechada en Alcalá de Henares el día 30 de Enero de 1436, por la que se nombra al escribano Pero González de Alcalá, para hacer en Cáceres pesquisa de los terrenos y bienes del Concejo reivindicados por el Ayuntamiento por haberse ocupados ilegalmente.
Una vez reconquistada la ciudad por Alfonso IX, gran parte de las tierras del Concejo fueron ocupadas indebidamente tanto por vecinos de la Villa como por localidades cercanas de Cáceres. Una vez reclamado en las Cortes de Zamora y Madrid, el Rey accedió a ello, dándole a Pero González un periodo de cuatro meses para que realizara su misión.
El segundo, es un Acta de la reunión del Consejo de la Villa de Cáceres, fechada en la ciudad el 28 de Mayo de 1436. En él se señala que se dio lectura a la Carta anterior y se facultó al Procurador de la Villa para que junto a Pero González acataran el mandamiento y realizaran las demandas oportunas sobre todo ante el Concejo de Mérida, el de Alcántara y la Orden Militar de Alcántara, ya que se habían apropiado de términos de Cáceres sin tener poder legal para ello.
De la actuación del Juez pesquisidor da cuenta un Acta, fechada el 23 de Septiembre de 1436, en el que se promulga la sentencia dictada en el pleito seguido entre Cáceres y Alcántara sobre los límites de ambos Concejos. En el documento se señala que la mojonera que separaba las dehesas de Cantillana (de Alcántara) y Media Cacha y Castil de Dueñas (de Cáceres) había sido derribada agrandando el término de Alcántara, después de notificada ésta y no compareciendo ni la Villa ni la Orden de Alcántara fueron condenados a rehacer la mojonera y a volver a los límites establecidos.
Igualmente el Juez actuó en el pleito entre Cáceres y Arroyo, de lo cual da fe un Acta, fechada el 12 de Noviembre de 1436, en el que se promulga la sentencia dictada por Pero González rectificando los límites entre las dos Villas ya que había habido ocupaciones ilegales de término.
En relación a este asunto existe un Acta del requerimiento hecho por el Procurador de Cáceres al Juez pesquisidor, fechada en Arroyo el día 22 de Noviembre de 1436, para que no pronunciara sentencia en el pleito entre estas dos Villas hasta que no tengan bien probado su derecho.
Según Floriano Cumbreño Cáceres interpuso un pleito con Arroyo y sus Señores, los González de Herrera, por haber corrido la mojonera entre Araya y la Matanza, ocupando tierras que eran del término de Cáceres. En este caso al no comparecer Cáceres en la demanda, dicha sentencia es dictada en rebeldía.
Poco tiempo después comparece Cáceres y requiere al Juez que aplace la sentencia hasta que pueda probar su derecho. Todo quedó como estaba ya que ninguna de las dos Villas volvieron a litigar sobre este asunto.
Estos pleitos fueron muy comunes en esta época en las villas y lugares de los reinos de Castilla y de León ya que era un abuso generalizado por parte de señores, caballeros, órdenes militares, etc. el ocupar términos de Concejos que no eran suyos.
Estos reclamaban constantemente al Rey para que obrara en justicia y pudieran recuperar sus territorios. Este tema fue debatido en innumerables ocasiones en las sesiones de las Cortes.
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