POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Como denuncié en mis dos entregas anteriores y no terminé de contaros por falta de espacio, una ladrona entró en mi casa el miércoles santo, por la mañana, y después de husmear en la planta baja y sótano, ocupadas con quince mil libros, huyó escaleras arriba al primer piso, donde tecleo desde temprano al dictado de la inspiración, si llega (si no copio de mi biblioteca). Quien llegó fue la depredación de uñas afiladas. Sensible como soy, percibí levísimos ruidos extraños y me levanté a inspeccionar. A veces quisiera olvidarlo, pero ayer fui a ver “El regalo”, una peli de suspense, donde una tal Robyn (Rebecca Hall) sufre la visita de un indeseable, y volví a espeluznarme; es terrible toparse en nuestro dormitorio con un extraño; Robyn se desmayó; yo cogí a la intrusa por el brazo y… (¡Dios!, ¡el tiempo pasa volando, y el espacio no digamos! Mañana sigo).
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