POR MANUEL PELÁEZ DEL ROSAL, CRONISTA OFICIAL DE PRIEGO DE CÓRDOBA
En el oficio de Cronista se incluye una tarea que cuando no constituye un encargo, se revela propiamente gratuita, como es la de indagar y difundir el patrimonio moral de las hermandades y cofradías erigidas canónicamente de la población de cada uno. A este loable fin venimos contribuyendo desde hace más de medio siglo con la investigación pertinente, dando a conocer el pasado fecundo de tales asociaciones o corporaciones con artículos y libros que nos permiten adentrarnos en su periplo vital, y en no pocos casos con evidencias actuales por su tradición y supervivencia.
Tal es el caso del ritual que mantiene desde tiempo inmemorial la hermandad de la Columna de Priego de Córdoba, consistente en la entrega al hermano mayor nuevamente nombrado por el que deja el cargo de un denominado “canuto” que contiene un pergamino vetusto, de enrevesada grafía, y al que el recipiendario le presta poca o casi nula atención. Lo que importa del ritual es la pura entrega como signo de legitimidad y afirmación que se simboliza como toma de posesión efectiva del nuevo nombramiento de hermano mayor titular.
Obtenidos los correspondientes permisos por parte de la cofradía depositante, pues el referido canuto o tubo metálico se conserva en una caja fuerte de una entidad bancaria, nos aprestamos hace más de veinte años a desentrañar el texto del viejo pergamino y llevamos a cabo la transcripción de su texto, junto a la ilustración del documento, para concluir que éste no era más que una bula, cuyo origen estaba muy próximo a la fundación de la hermandad, y a la que llamamos entonces “la bula del cardenal Farnesio”.
Ha querido la fortuna que siempre es compañera del tesón dar con la escritura de poder en cuestión por la que se nos informa que en el año 1571 –la cofradía se fundó en 1550- se solicitó por los responsables de ésta al procurador Alonso Díaz de Palencia, del número de los escribanos de los tribunales granadinos, que hiciera las gestiones pertinentes para que por Su Santidad (el Papa) le fueran otorgadas ciertas gracias e indulgencias espirituales “conforme a la bula de San Juan de Letrán”. Por su texto, aunque escueto por su propia naturaleza, sabemos ya los nombres de los hermanos que cursaron la solicitud, la persona a la que se confirió la obligación y las condiciones para cumplirla.
La presencia del procurador a quien se encargó conseguir la bula nos ha impelido a indagar algunos datos biográficos de este personaje, tan relevante para la cofradía de la Veracruz por la misión llevada a cabo para obtenerla, así como si se llevó a debido efecto, y tratar de resolver algunas contradicciones entre los dos documentos, la escritura de poder y el propio texto de la bula.
Llama la atención la dilación del cumplimiento del encargo, ya que la petición data de 1571 y la bula lleva la fecha de 1576, es decir cinco años. Pero tal vez lo más relevante sea la incongruencia entre lo pedido y lo obtenido, ya que la referida bula conseguida no fue la de San Juan de Letrán, sino la concedida por el Papa Gregorio XIII a los cofrades de la archicofradía instituida en la iglesia de San Marcelo de Roma, de la orden de los siervos de Santa María Virgen, bajo la advocación del Santísimo Crucificado, gracias a la intercesión del cardenal Alejandro Farnesio, protector de la venerable archicofradía romana. Quedó, por tanto, agregada la hermandad prieguense a la del Santísimo Crucificado de la iglesia de San Marcelo de Roma, siendo la de Priego la más antigua de las 168 que existen agregadas en España.
Con ello queda desvelada la motivación del misterioso documento por parte de los devotos de una cofradía que adoptaron en un primer momento el símbolo crucífero como su principal insignia, a la que casi un siglo después añadirían una bellísima imagen de un Jesús atado a la Columna, obra indudable del imaginero granadino Alonso de Mena, que procesionan conjuntamente en la tarde del Jueves Santo.
Puede leerse el contenido completo del artículo publicado con el título “La petición de la Bula que otorgó el Papa Gregorio XIII a los hermanos de la cofradía de la Veracruz de la villa de Priego y su agregación a la iglesia de San Marcelo de la Ciudad Eterna en 1576”, en la Revista “Columna”, número 23, subida a la red en la página web oficial de indicada cofradía (lacolumnapriego.es).