«LEYENDO LA NOVELA DEL REY PEQUEÑO CASI PODEMOS OÍR LOS CASCOS DE LAS MULAS BAJO EL ARCO DE ARREBATACAPAS, EN SECUENCIA CINEMATOGRÁFICA», APUNTÓ ANTONIO HERRERA CASADO, CRONISTA OFICIAL DE LA PROVINCIA DE GUADALAJARA
«Esta es una novela histórica con el aliento de las gentes del común, en la que yo soy solo la voz, porque es la tierra la que habla». Con estas palabras concluía Antonio Pérez Henares, Chani, su presentación ayer en Guadalajara, en primicia, de su última novela «El Rey Pequeño», una novela histórica sobre Alfonso VIII, el triunfador de la batalla de Las Navas de Tolosa, cuya trama arranca en la fiesta de la caballada de Atienza, pero que como el propio autor aseveraba es también «una epopeya que refleja el momento vital de las gentes del común que repoblaron estas tierras, con personajes de ficción que son más reales que los reyes».
La Sala Tragaluz del Teatro Buero Vallejo acogía el acto de presentación, con el patio de butacas medio lleno, pues como reconocía Chani «es imposile competir con el Madrid y las inclemencias del tiempo».
Pérez Henares se emocionaba al recordar que la dedicatoria de la novela va para su familia, incluida su madre recientemente fallecida, Agustina, «que es sin duda la que más me ha querido y quiero consolarme pensando que se sentiría orgullosa».
Hizo repaso de los personajes, tanto históricos como esos otros de ficción que son los que más fascinan al autor, como Pedro Pérez y Pedro Gómez (que aúnan los dos apellidos del autor), al tiempo que exponía que en la novela hay muchos guiños al territorio y su paisanaje, con el común de Atienza en un principio, «de que me siento parte y como no mi pueblo Bujalaro», pero también a Sigüenza, donde se recrea el nacimiento de una ciudad medieval, y la construcción de una catedral, a Anguix y su frontero, Martín Ordóñez, o a Zorita y la orden de Calatrava.
Pérez Henares insistía en que la novela histórica debe ser fidedigna en cuanto a los personajes históricos y sus avatares y el paisaje, pero confesaba su predilección por ese «paisaje humanizado», y el coraje de las gentes que lo repoblaron, que él ha recorrido, muchas veces a pie, para sentir «lo que probablemente sintieron aquellas gentes, que eran hombres de la tierra, libres y dueños de un concejo, con lo que esto significaba en el siglo XII».
También recalaba en el carácter de Alfonso VIII, «forjado como niño huérfano y que se hizo fuerte en la derrota» y de su mujer, «que era la hermana de Ricardo Corazón de León y posiblemente la responsable de que algunas iglesias de Atienza tengan ese toque inglés».
Una vez más, el documentalista de la obra, como ya lo fuera en «La Tierra de Álvar Fáñez» es el historiador Plácido Ballesteros, a quien Pérez Henares agradecía la tarea. «Me ha hecho leer más de 50 libros y he descubierto grandes cronistas de la época, como el obispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Herrada», apuntaba.
«Lo que nos hemos divertido, sobre todo recorriendo los lugares que se describen en la novela», confesaba el propio Plácido Ballesteros, que junto al cronista provincial, Antonio Herrera Casado y el alcalde de Guadalajara, Antonio Román, acompañaba la presentación, para aseverar a continuación, que aunque en el ámbito académico la novela histórica está mal vista, «Chani nos enseña que se puede conservar todo el rigor y hacer al mismo tiempo algo divertido, sin decir sandeces».
Plácido Ballesteros señalaba que abordar la figura de Alfonso VIII es muy difícil, «pues la verdadera historia de su reinado es un galimatías enorme» pero se mostraba satisfecho del trabajo plasmado en la novela «donde queda perfectamente reflejado como el pueblo castellano está construyendo una nueva sociedad, donde la cristiandad le gana al Islam desde el Duero al Guadalquivir».
«Leyendo la novela del Rey Pequeño casi podemos oír los cascos de las mulas bajo el arco de Arrebatacapas, en secuencia cinematográfica», apuntó Antonio Herrera Casado, que aseguraba que la novela histórica de Pérez Henares «va madurando», desde aquellos inicios con la trilogía de Nublares y la época prehistórica, al tiempo que recordaba a otros grandes escritores de novela histórica como Edward Rutherfurd o Ken Follett, para reclamar de Chani, quizás algún día, “esa gran novela histórica de Guadalajara”.
El alcalde de Guadalajara, Antonio Román, confesó su presencia en el acto como amigo, «porque es un honor estar al lado de un gran guadalajareño, extraordinario periodista y gran escritor, que sobre todo quiere a Guadalajara y hace gala de ello», al tiempo que daba la bienvenida al proyecto periodístico de La Tribuna de Guadalajara, impulsado por Pérez Henares, que el pasado domingo comenzó a editarse como semanario de Guadalajara.
Fuente: http://www.guadaque.com/