POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
El jueves tenía yo una cita a la una en Gijón, en la Casa de la Palmera, y una musa me advirtió que no fuera por la “Y griega”, con un atasco de aquí te espero por culpa de unos baches en reparación; opté por la “I latina”, enseguida Porceyo y a la media hora de salir de Oviedo estacioné muy guapamente en Seis de Agosto, al final de Los Moros; un “Toscaf” en el Dindurra y llegué puntual a la calle Cabrales, 82. Muchas personas inocentes quedaron atrapadas en la trampa del bache, cuando podía haberlas avisado, pero me contuve. Más grave fue, desde luego, el caso de José, hace dos milenios, a quien un ángel anunció que Herodes había ordenado asesinar a todos los niños de Belén, menores de dos años, y él cogió a su familia y, sin decir oste ni moste, sálvese quien pueda, salió pitando hacia Egipto. Quien no corre, vuela. Mañana hablaré de Manos Limpias.
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