POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA

Pasaron las Fiestas y las Ferias en ese armonioso, vivo y estimulable conjunto de actividades perfectamente sintonizadas y distribuidas que han conseguido poner en la calle a la ciudad entera. Hasta la puerta grande se abrió para dar paso al que hizo vibrar a todos sin excepción en la plaza toros. Plazas y avenidas, calles y rincones escondidos, han sido convertidos en magníficos escenarios y desde las Tres Cruces, ese gran mercado nacional del atractivo y singularísimo ajo, valor imprescindible de la más alta gastronomía universal que ha convertido a nuestra capital en una referencia en este artículo, ofreció a lo largo de los días un ambiente y un público interesado vivamente por el atractivo que se ofrecía.

Al otro lado de la ciudad y ya consolidada desde hace más de cuarenta años, la otra Feria, la del Barro bajo esas dos singulares formas, la alfarería y el arte del barro en los ceramistas, uso nostálgico por el alfar y la cocina del pueblo y el arte de lo bello y también útil pero bajo otros criterios, saltando las fronteras. La multitud se terminó enseñoreando de las dos plazas tarde tras tarde convirtiéndolas en auténticos hervideros humanos donde lucían las viejas y tradicionales formas junto a las geniales e inspiradas creaciones de los ceramistas. Todo un mundo del barro cargado de esa fuerza histórica y esa necesidad de representar a lo largo de la historia el genio creador del ser humano. Pero no podemos olvidar las sombras proyectadas sobre esa feria de su cuarenta y dos aniversario, triste remedo de esos requiebros lastimeros del que se revuelca en sus propias cenizas.

Y por último el ambiente de calles y plazas. Se han distribuido programas y actuaciones que han permitido disfrutar de todos y cada uno de los espectáculos y programaciones. Este ambiente festivo ha constituido todo un acierto y ha creado y desarrollado en la ciudad un ambiente pocas veces conseguido. Cuidar este y corregir alguno de esos fallos que siempre se escapan, pueden convertir nuestras fiestas en una auténtica programación ejemplar.

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