POR APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID)
¿Se casó con Dulcinea don Quijote, suspirando por ella al trote, al trote? ¿Y Sancho le echó un capote o la tenía ya en el bote? ¿Y qué la pidió de dote?
No sabemos qué pensar. Lo ideal y lo real no se suelen concertar y en pareja desigual el amor sienta fatal.
Mejor pues dejarlo al bies y así una y otra vez soñarlo campo a través del libro, que siempre es genial, valiente y cortés.