POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
La tele, capaz de difundir lo ordinario de manera extraordinaria, ha instalado en el habla popular una palabra anfibia, llana y aguda, que quien se pica formula al interpelado entre interrogantes, al tiempo que le alarga, retadora, la última vocal y el pescuezo: “¿Perdonaaa?”. No perdona, en realidad; el escudo se convierte en lanza, el verbo se torna intransitivo, intransigente y paradójico, y la persona que lo pronuncia, más que disculpar a la que soltó una inconveniencia o una injuria, la desafía a reincidir. “¿Perdonaaa?”, o lo que es lo mismo: “¿Qué quieres decirme, mecagüen tus muelas?, suéltalo otra vez y te meto”. Es un “¿Perdonaaa?” elíptico, un “No te entendí bien, atrévete a repetirlo, ¡berzotas!”. Y la televisión repite y difunde ese menudeo y porfía de zoquetes. Como quiera que sea, si a alguna de esas estrellas de la basura no insulté, le pido perdón.
Fuente: http://www.lne.es/