POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

Hace muchos años -más de medio siglo- que descubrí las «manzanas en hojaldre».

Las vi con sorpresa y placer -es decir, «enaguando», en habla de Colunga- en la ovetense Confitería Santa Cristina, enfrente mismo de la entonces llamada «Estación del Norte», al final de la calle de Uría.

Es posible que esa dulcería manzanera tuviera historia muy antigua; pero, ya digo, para mí fue un descubrimiento.

Así que cual «hacendosa hormiguita» fui ahorrando unos dineros -todo era cuestión de fumar unos «Celtas» menos- y poder degustar tan deseado dulce. ¡Una maravilla!

Y ahora, en viejo recuerdo y en recuerdo de viejo, más aún.

Las manzanas que utilizaban eran de las llamadas «de Lérida», que son las «golden», de carne muy suave y aromática; y el relleno consistía en una crema pastelera tradicional.

Pasados los años, y hurgando en recetarios, encontré muchas fórmulas al respecto para el relleno «manzanero».

Dulces de manzana, de membrillo, de ciruela, de pera…; frutos secos (almendras, avellanas, nueces, pistachos…) triturados, mezclados con pasas de Corinto, higos pasos, dátiles… y bañados con un toque de vino oloroso tipo Pedro Ximénez, Málaga, Oporto…

En cierta ocasión, estudiando el aprovechamiento de sobras y comentando el caso con un afamado elaborador de arroz con leche, me dijo: «Mira, Fidalgo, en nuestro restaurante, si nos sobran raciones de arroz con leche, procuramos dejarlas que espesen un poco y con ellas moldeamos unas croquetas que, pasadas por harina, huevo batido y pan rallado, freímos en aceite de oliva momentos antes de servirlas al cliente y espolvoreamos con azúcar.

¿Quieres creer que están teniendo un éxito impresionante?

Fue en ese momento cuando me dije ¡Coña!, ¿Y por qué no utilizar ese mismo arroz con leche, espesito, para rellenar MANZANAS ASTURIANAS y, envueltas en hojaldre, hornearlas y ofrecerlas como aquellas de mis recuerdos de estudiante en Oviedo?

Dicho y hecho.

Esta es mi receta.

Elijo manzanas, de tamaño mediano, tipo reineta del Canadá (García Sol), de carne suave y muy sabrosa o, en su defecto, tipo golden.

Las pelo y con un sacabocados hago un hueco en su interior eliminando los corazones (la «jaspia» decimos en Gijón).

Ese hueco lo relleno con arroz con leche.

Aparte, extendida la masa de hojaldre, corto «porciones cuadradas» capaces de envolver las manzanas a modo de servilleta.

Envuelvo las manzanas cerrando «los picos» en su parte superior, barnizo el hojaldre con huevo batido y horneo hasta que adquieran un atractivo color dorado.

La manzana, al ser de carne blanda, pasa perfectamente sin necesidad de cocción previa.

Mañana, domingo, con anuncio de «vientos y aguas en el Cantábrico», no lloverá en Cabranes. San Francisco de Paula y el paraguas colgado de un pláganu lo impiden.

El ARRON CON LECHE será protagonista del evento festivalero.

Allí les esperamos para que disfruten…