POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
En la histórica ermita del Sagrado Corazón de Jesús, patrono de Sangonera la Seca, están de enhorabuena. Porque este templo, conocido popularmente por ermita del ‘Tío Roca’, celebra el 125º aniversario de su inauguración. Fue un 28 de noviembre de 1891 cuando el jesuita Mario Zaplana consagró la capilla que Gabriel Roca Ametller había construido junto a su casa, en su hacienda del pago de Sangonera la Seca. Y se convertiría en la primera parroquia de la pedanía. Estas y otras cosas recuerda Gúmer Barrancos, investigador e impulsor de estas celebraciones junto con el párroco, Francisco Azorín, quien aprovecha para invitar a todos los murcianos a los días de grandes fiestas que se avecinan.
-¿Por qué se llama así la ermita? ¿Quién era el tal Roca?
-La ermita es conocida popularmente como ‘Ermita Roca’ o ‘Ermita del Tío Roca’, precisamente por su fundador, Gabriel Roca Ametller. Nació en Molins de Rei, provincia de Barcelona, en 1834. En torno a 1863, Gabriel, junto con dos de sus hermanos, vino a Murcia con vistas empresariales. Se dedicó tanto a la explotación de minas, en Cartagena y Águilas, como al comercio de la simiente de la seda.
-¿Y le fue bien?
-Desde luego. Incluso llegó a vender vinos y licores en la calle Eulogio Soriano, en donde tuvo su residencia. Era un hombre piadoso que participaba, junto con su esposa, de los actos benéficos de la ciudad, llegando a ser incluso tesorero del ‘Pan de San Antonio’ en la Catedral. Estuvo ligado y enfrentado al Consejo de Hombres Buenos y fue procurador de acequias de la huerta. Enviudó dos veces y murió en Barcelona en 1917, sin descendencia. En su testamento, otorgado en 1914, legó la Ermita del Corazón de Jesús a la feligresía de Sangonera la Seca.
-¿Qué actos tienen preparados?
-Consisten en destacar el papel de la ermita en la historia y las tradiciones de Sangonera la Seca. Todos los actos religiosos este año tendrán como escenario principal el pequeño templo. La exposición que se inaugurará en junio, con motivo de las fiestas patronales, será el principal de los actos. Este año conmemorativo finalizará el domingo 27 de noviembre con una eucaristía en la ermita, conmemorando la fecha exacta de su bendición.
-¿Qué podrá admirarse en la exposición?
-Los documentos que el archivo parroquial posee sobre la ermita, su fundación y sus posesiones. Fotografías relativas a la vida en el campo, enseres y ropas (casullas y otros objetos antiguos de la ermita) y un gran apartado dedicado al ‘Tío Roca’, del que tanto se habla y que tan poco se conoce. También se ampliará en septiembre con un apartado dedicado a nuestra patrona, la Virgen María Santísima de Belén, cuya talla actual cumple 75 años.
-¿Sigue viva la devoción al Sagrado Corazón?
-Cada día va en aumento. En 1908, la ermita se convirtió en rectoría, dependiente de la parroquial de la pedanía de El Palmar. En 1951 se segrega y queda convertida en parroquia. Fue la primera de Sangonera la Seca. El Sagrado Corazón es tenido como patrono desde principios del siglo XX. En el año 2000 se fundó una hermandad para rendirle culto. Baja al pueblo en romería el primer sábado de junio para regresar a su ermita en torno al 15 de agosto.
-¿Cuál es su día grande?
-La festividad del Sagrado Corazón, el viernes siguiente al Corpus. Este año será el 3 de junio. Por tradición, baja a la parroquia de San José el primer sábado de ese mes, dando comienzo a las fiestas. Aunque tradicionalmente, los sangonerenses viejos lo celebraban el 15 de agosto en la ermita. En torno a esa fecha regresa para celebrar las ‘Fiestas del Tío Roca’, las costumbristas fiestas de verano que tanto se estilan en las ermitas del campo.
-¿Considera que había que proteger más este tipo de fiestas?
– Sí. Son fiestas que se mantienen con la constancia y el cariño de la gente. Sin el pueblo de Sangonera la Seca, las fiestas habrían desaparecido. Es el cariño que la gente tiene a la ‘ermitica’ y a su entorno lo que hace que sigan vivas. Mucha gente se ha bautizado o casado allí. Es un valor sentimental que urge mantener cada vez con mayor decisión. Hoy, todo el pueblo ya no es tan rural como lo fue en su momento y la ermita ha quedado un poquito sola en el campo. Pero, a pesar de eso, sigue siendo el corazón de Sangonera la Seca… es la fibra sensible de este pueblo. ¡No hay nada más sangonerense!
Fuente: http://www.laverdad.es/