POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Que el absentismo escolar se dispare un 50 por ciento en el Alfonso II y en La Corredoria se achaca a hijos de familias desestructuradas, también gitanas que, en su nomadismo, desorientan a los pequeños, que no dan con el inmueble. No obstante, yo que fui y soy experto en pirármelas, pediría autocrítica a los pedagogos. Mucho se enfadó conmigo una maestra de Colombres cuando en una tertulia de televisión dije que los alumnos también eran clientes, como lo es un enfermo en el hospital o un deportista para su entrenador; hay que educar, curar, preparar, pero con aprecio. Si hoy, desde la atalaya de mi edad y mi dignidad, calificase a los profesores que ilustraron mi bachillerato catearía al 90 por ciento y arrestaría a más de uno; lo cierto es que ¡ni la Literatura supieron venderme! Que los estudiantes piren no deja de ser un medidor de audiencia.
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