POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
Casi un milagro. Así podría definirse la localización de los fondos que atesoraba el antiguo Museo Internacional del Traje Folklórico, una colección formada por centenares de piezas que representaban a todas las comunidades autónomas y a gran número de los países del mundo. Y un milagro por partida doble. Porque además de haberse intensificado hasta 239 atuendos, además su estado de conservación es bueno.
Los fondos están depositados en el denominado Archivo Intermedio de la Comunidad Autónoma, hasta donde la Consejería de Cultura envió a sus técnicos a finales del año pasado para realizar una revisión del inventario y estado de conservación de la colección. Hacía 21 años que nadie actualizaba la lista de fondos allí depositados.
El último inventario realizado en 1995 recogía 214 trajes. Aunque será difícil averiguar su número exacto. Algunas fuentes mantienen, como es el caso de los técnicos de Cultura, que el Museo llegó a contar con 250 trajes, aunque otras elevan esa cifra. Por ejemplo, Francisco Alemán explicaba en 1984 que la cifra era de «cerca de trescientos» en su obra ‘Diccionario incompleto de la Región de Murcia’.
En cualquier caso, el último inventario ha podido individualizar 239 atuendos procedentes de todas las regiones de España (a excepción de Valladolid) y otros pertenecientes en su mayoría a países europeos y, en menor medida, Asia, América y África. Curiosamente, uno de ellos no ha podido atribuirse a ningún lugar y otra decena aguardan un estudio más completo para aclarar mejor su procedencia, como ocurre con la vestimenta árabe y africana.
Las conclusiones del informe final también recogen que sobre «otros debemos estudiar si están intercambiadas las parejas como ocurre con Álava, Guipúzcoa, Cuenca, Logroño, Moratalla, Caravaca…». Pese a ello, como destacan los técnicos de Cultura, el estado de conservación «es bastante bueno, si asumimos los avatares que ha pasado toda la colección desde la desaparición del Museo».
Los expertos destacan que apenas el 1% de los fondos se ha visto afectados por las polillas, el principal enemigo de las telas. Además, cifran en un 10% la «pérdida de accesorios o prendas, fáciles de sustituir» y en un 30% la suciedad «de manchas orgánicas que amarillean las prendas blancas, como camisas y ropa interior». Un tanto superior, hasta el 60% de los trajes, muestran arrugas en «los elementos de paños de lana, como refajos, manteos y mantelos, chaquetas, chalecos, pantalones y calzones…». Bastaría plancharlos en frío para solucionar la cuestión. Por otro lado, tres de cada diez sombreros presentan deformaciones, también solventables sin mayores problemas.
Hay que restaurar el 8%
Tras revisar toda la colección, los técnicos de Cultura estiman que un 8% de los trajes deberían restaurarse por completo. Respecto a los atuendos de la Región de Murcia, los expertos destacan que existen tres trajes antiguos, denominados como el de la Novia, la Marquesa y el de Emilio, el de los Muebles. El traje de la Marquesa está «en avanzado estado de degradación de las sedas de la pañoleta y el corpiño». El refajo tiene problemas de descomposición de los hilos del bordado de las lentejuelas.
Los técnicos de Cultura concluyen que la colección reunida por el Museo es de gran importancia por diversos motivos. Entre ellos, porque representa todas las provincias españolas y la calidad de los trajes es espléndida. Además, la colección «se puede presentar como una antigüedad, a pesar de que tan solo un 20% tiene más de 100 años, porque actualmente ya tienen más de 40 años como mínimo».
Eso, sin contar que la colección de prensas extranjeras sería complicado reunirla en la actualidad, sobre todo porque incluso hay países que ya no existen. Por último, los expertos concluyen que los fondos «conservan muchas prendas de una factura, bordado y tejidos magníficos».
Cultura se plantea ahora acometer la restauración que proponen sus técnicos, quienes también aconsejar que «para una futura exposición de la colección, se debe trabajar el discurso expositivo de forma diferente al que tuvo el Museo». Hay que adaptar la exposición a los gustos actuales y darle un nuevo mensaje, «más étnico y etnográfico».
Fuente: http://www.laverdad.es/