POR JOSÉ RAIMUNDO NÚÑEZ-VARELA LENDOIRO, CRONISTA OFICIAL DE BETANZOS, MIÑO Y PADERNE (LA CORUÑA)
La rigidez de los arrendamientos rústicos en el Antiguo Régimen se mantuvo vigente hasta mediados del siglo XX, a pesar de los cambios producidos por la supresión de los foros cuyo primer aldabonazo tuvo lugar con la desamortización y la ley Madoz de 1855. Las restricciones establecidas en las escrituras de arrendamientos rústicos de régimen foral determinaban el ritmo anual de las labores del campo, sujetas al tipo de cosechas establecido en los documentos públicos, en los que asimismo se fijaba el pago de la renta en la especie concertada, de manera que coartaban la introducción y expansión de nuevos cultivos como sucedió con la patata (véase la entrada Problemas para el cultivo de la patata en Las Mariñas de Betanzos en 1800), ante lo limitado de las propiedades de libre disposición y la negativa de los poseedores del “dominio directo” a innovaciones no contempladas en los contratos notariales.
Las patatas eran conocidas como castañolas, en razón a que este tubérculo de las solanáceas originario de las Indias Occidentales acabó sustituyendo el consumo de la castaña, fruto de la Castanea sativa o castaño introducido de Europa meridional y Asia Menor hace miles de años y alimento básico del Sur de Europa desde tiempo inmemorial.
La crisis de subsistencia surgida a finales del siglo XVIII en nuestro País, una entre tantas de las padecidas, debida a los condicionantes meteorológicos y la consiguiente escasez de productos de consumo, se vería agravada por el bloqueo de las costas por la flota inglesa que dificultaba la importación de productos de otras tierras, circunstancias que generaron la promulgación de una Real Orden en 1800 para promover el cultivo de la patata para consumo de las personas y animales, como medida de primera mano para paliar la hambruna, y resolución que contribuyó al alivio de la población, aunque surgieran dificultades para su expansión en Las Mariñas de Betanzos como vamos a ver.
A la vista de las dificultades existentes para la plantación de castañolas o patatas en tierras aforadas, los vecinos de algunas de las feligresías de la jurisdicción Real de Betanzos pretendieron convertir una parte de los montes comunales en tierras libres para la siembra, a cuyo efecto elevaron una instancia y súplica ante el Real y Supremo Consejo de Castilla en los siguientes términos:
“Señores Directores del Rl y Suprmo Consejo,
Josef Cordal como Estanquero y Depositario delas Rtas Rs. (Rentas Reales) en la Parroqª de Santa Maria de Souto y xon (jurisdicción) de Betanzos y en nre (nombre) de Pasql Sabin… Juan Nuñez… Roqe Saabin… Luis Lagares y demas Vecinos qe le acompañan por quanto nos allamos con Ordn. Real para q. cada uno delos Labradores sembren cada uno mas medio ferrado de tierra de Castañolas o llamadas Patatas pª. la manipulacion de las familias y de las Tropas de paso y por quanto algos (algunos) de los Labradores se allan en falta de tierras labradias y Cautibas para sembrar dhas Patatas, a su md (merced) pedimos y suplicamos a los Señores del Real y Supremo Consejo deeste Rno (Reino) para qe se nos conceda Lizª. para en el Monte comun se pueda zerrar y Laborar y Cautibar partida del pª. sembrar dhas Patatas y plantar Repollos y Melones o Calabazos y Sandias y mas Plantas y Verduras; Por lo mismo pedimos y Suplicamos alos Señores del Real y Supremo Consejo de Castilla para qe nos concedan La Libertad pª dho cautibo de Monte y Baldio de dha Parroqª. por quanto se allan Valdios y por trabajar respecto no sirben para nada y trabajandolos sirben para plantio de dhos Legumbres y Rendimientos para las Cits (citadas) pagas de sujo (sic) y deros (derechos) para la Real Hacienda… Betanzos y Octubre 16 de 1803. Y pr no saber firmar el dho Josef Cordal lo hace a su ruego. [Firmado] Miguel Barreiro” (Archivo Municipal de Betanzos. Caja 3.521, sin catalogar).
Ante la petición formulada, el Real y Supremo Consejo de Su Majestad acuerda que se someta a información, y comisiona a don Bartolomé Muñoz de Torres “Secretario del Consejo de S.M., escribano de Cámara más antiguo y Gobierno de él” para que formule ante don Vicente Sánchez Muñoz, corregidor de la ciudad de Betanzos y su Tierra, lo que estime oportuno para responder adecuadamente a la petición planteada.
De inmediato se realizan las diligencias de la información con los vecinos de San Martín de Tiobre y de San Salvador de Villozás, quienes expresan como respuesta que en dicho monte común, de unos doscientos ferrados de extensión, también sueltan sus ganados al pastoreo, y de conceder a los solicitantes esa regalía se verían privados de poder efectuarlo, con gran detrimento para el granjeo de su hacienda e intereses. El siguiente 17 de marzo de 1804, el corregidor de Betanzos se dirige al Supremo Consejo para notificar el sentir de los beneficiarios del monte comunal e informa que deben dejarse las cosas como están.
Un mes después, el 17 de abril de 1804, don Bartolomé Muñoz de Torres le comunicaba desde Madrid al corregidor de Betanzos, que el Real y Supremo Consejo haciéndose eco de lo manifestado en su informe ha denegado el permiso solicitado.
No se amilanaron los laboriosos mariñanes. José Cordal, vecino de San Pantaleón das Viñas, y los vecinos de Santa María de Souto, se las apañarían para obtener los cultivos deseados y hacer famosos en el mercado nacional sus productos, de tal calidad que merecieron copla en el cancionero “… Arroz con chícharos, patacas novas, repolos de Betanzos e mais cebolas…”, amén del aval del ilustre investigador francés Abel Bouhier, al manifestar en su reconocida obra “La Galice” que las tierras de esta “bisbarra” o comarca son “…Les mieux pourvues en terres arables de toutes les régions de Galice…”, en una palabra conforman el vergel de Las Mariñas de Betanzos y de Galicia.