“NO HAY TANTO PROBLEMA EN LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO COMO EN SU DISPOSICIÓN AL PÚBLICO”
El Centro Universitario UNED Ceuta continuó ayer las sesiones de su primer curso de verano ‘Ceuta, historia y patrimonio’ en sus instalaciones del Campus Universitario. El archivero diocesano y cronista oficial de Ceuta, José Luis Gómez Barceló, abrió la sesión de tarde con una conferencia sobre la ‘Catedral de Ceuta y su cabildo como generadores de patrimonio documental, bibliográfico, artístico e inmaterial’.
Barceló disertó sobre ese acervo que preserva la Iglesia, en ningún caso sobre fe o religión, aclaró antes de comenzar. “Todos sabemos que las instituciones, cuanto más endogámicas son, más facilidad tienen para conservar”, apuntó el cronista. De hecho, en la ciudad autónoma, el “patrimonio más antiguo” que se atesora tanto en los archivos, como en las bibliotecas, museos, indumentaria, orfebrería, pintura, escultura… “Estaría en las iglesias de Ceuta, ni el ámbito civil ni en el militar han sido capaces de conservar nada más tiempo del que lo ha hecho la iglesia”, expuso el ponente.
Esta circunstancia plantea dos problemas básicos: la “responsabilidad y preparación” cuando, como otros estamentos, la Iglesia se ha quedado “casi sin gente”; y, en segundo lugar, la “participación” del sector público es “muy importante” en ese cuidado puesto que, al fin y al cabo, es “de todos”.
En la actualidad, la Iglesia de Ceuta, “que nunca ha sido rica, pero muy favorecida por los estamentos públicos”, tiene una protección significativa tanto por la institución autonómica como por las nacionales. Su patrimonio inmobiliario tiene un grado de conservación “muy aceptable”; y, en cuanto al mueble, se encuentran distintos estados de mantenimiento.
“Si hablamos de escultura, de pintura, templos, orfebrería, vidrieras… Todo esto está a la vista, se protege a sí mismo porque está expuesto. Sin embargo, todo lo que tiene otro tipo de conservación y uso, como es el caso de los archivos o de la biblioteca, tiene mayor problemática”, aseguró Barceló.
El archivero diocesano reveló que, “quizá, no hay tanto problema en la conservación como, muchas veces, en la ubicación y, sobre todo, en la disposición de ese patrimonio por el público, que muchas veces no es accesible”.
La riqueza documental incluye los registros sacramentales –bautismos, matrimonios y defunciones– “que nos permiten hacer todo tipo de estudios sociológicos desde el siglo XVI”. Un ‘tesoro’ que guarda actas de las institución, “una prensa que cuenta lo que pasa en la ciudad desde el siglo XVI hasta ahora”. Además de los autos matrimoniales, “donde se explican las vicisitudes de esas parejas hasta que llegan a ese momento”. También puede encontrarse el “despacho, el correo, entre la institución con otras desde el siglo XVII”. Dentro de este patrimonio, “tenemos una colección de firmas reales que van desde el siglo XVI hasta hoy, rúbricas originales en documentos originales de todos los reyes” así como sellos de plomo de los papas, de las bulas, pergaminos… “Una variedad enorme en un fondo, en el Archivo Diocesano, que son unas 1.600 cajas sin contar los archivos parroquiales”, estimó Barceló.
Fuente: http://elfarodigital.es/