POR APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID)
Que el alto acueducto se vaya a caer
es poco probable, mas bien de temer;
en “estado crítico” se halla al parecer
de los ingenieros de hoy y de ayer.
Pero ni por ellos vamos a entender
que el “crónico enfermo” tienda a descender;
resistir, resiste, y habrá que atender
su cuerpo de piedra y agua de llover.
Si se cae, Dios, ¿qué vamos a hacer?
Pues reconstruirlo una y otra vez
como segovianos, tercos en creer
que es obra de Roma y no de Luzbel.
Hay un Pedrezuela, científico él,
empeñado al sumo en le mantener
frente a las “barbaries” del público infiel
que esmiga el granito de su solidez.
A ver si su aviso no obtiene el desdén
de la población incivil soez
y aguanta el inmóvil coronado rey
todas las memeces de su ingrata grey.
También el buen cielo se iba a caer
según los cuentistas de igual parecer
y eso aún no ha ocurrido ni va a suceder
porque claro y duro e inmortal es.