POR ÁNGEL A. DEL ARCO
Quisiera empezar mi crónica recordando al maestro y amigo Vicente Oya Rodríguez que nos dejó el pasado miércoles de forma inesperada. Vicente tuvo una amplia trayectoria en los medios de comunicación, donde impartió lecciones de sabiduría y conocimientos. Concretamente en IDEAL, donde diariamente leíamos con atención y sumo placer para saber un poquito más de nuestra tierra. Cronista oficial de la ciudad y recientemente también de la provincia.
Pero Vicente Oya era por encima de todo, una buena persona, un ser entrañable, educado, noble, generoso, simpático, familiar, siempre discreto, siempre tenía una buena palabra de ánimo, de consejo, todo un compendio de virtudes que hacían de él una persona muy querida y admirada por todos, sobre todo aquellos que tuvimos la oportunidad de convivir muchos momentos por la cercanía de nuestras viviendas. Tengo en mi recuerdo cientos de vivencias y conversaciones de mi padre con Vicente cuando se encontraban por la calle o en misa, hablaban de todo, un placer escucharlos, un honor poder estar a su lado. Era todo corazón, el mismo que le ha fallado de tanto usarlo. Su muerte nos ha impactado, estamos sobrecogidos, hemos perdido un referente de vida, un amigo. Nadie como Vicente Oya ha contado mejor la historia de Jaén y de su provincia, nadie como Vicente Oya ha ayudado a las personas más necesitadas a través de Aprompsi.
Utilizando un símil taurino digo que Vicente Oya ha sido un maestro de maestros, un referente en la profesión, un ejemplo para todos. Descanse en paz.
Fuente: http://www.ideal.es/