POR PABLO GALINDO ALBALADEJO, CRONISTA OFICIAL DE LOS ALCÁZARES (MURCIA)
Desde el último tercio del siglo XIX, se sabe de una pequeña ermita en Los Alcázares, atendida por el Cura de Roda, erigida bajo la advocación de la Virgen María en el misterio de la Asunción a los cielos. Se celebra feria en torno a los días de “la Virgen de agosto”, con “novenario de baños” incluido. A estos días de fiesta acudían huertanos de Murcia y campesinos del campo de Cartagena, y junto a los pescadores que vivían alrededor del pequeño templo confraternizaban en unos días festeros, de jolgorio, música y bailes populares, tenderetes, refrescos, bebidas…
También hay constancia, hacia 1850, en la Hacienda de Hoya-Morena, de la familia Fontes, había una capilla-panteón con una imagen de Nuestra Señora del Mar, muy venerada en aquel campo. Desde entonces en el campo y en la zona litoral veneran por patrona a la “Virgen de Agosto”, que no sería otra que la Asunción.
En los primeros años del siglo XX, (hacia 1903-1905) ya se celebraba una sencilla procesión alrededor de la pequeña iglesia de Los Alcázares, levantada frente a la playa, al norte de la Rambla de la Pescadería, con una imagen de la Virgen María.
La procesión marítimo-terrestre, celebrada cada 15 de agosto al atardecer, con motivo de las fiestas patronales, nace hacia 1930 cuando un grupo de hombres, pescadores y huertanos, piden permiso al párroco d. Lázaro Gijón Martínez para sacar la Virgen tambien por el mar. La positiva respuesta y las gestiones realizadas para realizar el desembarco de la imagen en el espigón del Aeródromo Militar y Base de Hidros hicieron posible aquella idea.
Las barcazas de los pescadores, engalanadas, aguardaban junto al embarcadero llamado “de los Carboneros” la imagen portada por los huertanos, que cuidadosamente colocado el trono, muchas veces en el barco de “Los Luisos”, con el cura y algunos costaleros a bordo, acompañada de las demás embarcaciones iniciaba el recorrido marítimo hasta el espigón militar. De su desembarco se hacía cargo los militares, que con todos los honores entregaban la imagen al pueblo en la puerta de Aeródromo. La procesión regresaba por las calles Santa Teresa, Fuensanta y Espejo hasta la “Iglesia Vieja”. Al pasar el cortejo junto a la iglesia de la Caridad (la “Iglesia Nueva”) había repique de campanas.
En agosto de 1934, la situación política impidió el desembarco en la base militar; se hizo en Club Naútico del Hotel, cayendo la imagen al mar y rompiéndose un dedo. Durante los tres años de la guerra civil no se celebró procesión. Tras la guerra vuelve a salir la procesión.
En 1958 se cambia el orden, primero será el recorrido terrestre, junto al mar, por el espacio entre las viviendas y la playa, con el tiempo se convertirá en bonito paseo marítimo. Se llega a la Base Militar y los soldados se vuelven a hacer cargo de la imagen hasta el espigón, donde la esperan los pescadores, que la retornan anocheciendo hasta el embarcadero de la pescadería. Allí la esperan los vecinos y huertanos para llevarla a su templo.
LA IMAGEN DE LA VIRGEN
El Cura de Roda y encargado de Los Alcázares, d. Silvestre Santacreu Ivars, en 1905 encarga una imagen de la Virgen de la Asunción para la pequeña iglesia al escultor murciano Francisco Sánchez Araciel, también especializado en restaurar obras de Salzillo. Está imagen será destruida, junto con otras imágenes, ornamentos, libros parroquiales, documentos históricos,… entre los días 23 y 25 de agosto de 1936, dentro de la tormenta destructiva en las iglesias de la zona: Dolores de Pacheco, San Javier, San Pedro del Pinatar, El Mirador, Roda, Los Alcázares, Torre Pacheco, Balsicas, Roldán, El Algar, La Unión, Roche…
En 1940, el Cura D. Francisco Díaz Hernández, con la ayuda de los vecinos, adquiere una nueva imagen de la Virgen, hecha de fábrica en Olot (Gerona). Esta imagen no guardaba parecido con la primitiva y no gozaba de fervor popular.
Tras la proclamación del Dogma de la Asunción, el Cura d. Pedro López Nadal, encarga al escultor José Maria Sánchez Lozano, de Pilar de la Horadada, la actual imagen, enlienzada y de madera, con los brazos levantados, rostro y mirada hacia el cielo; para ello se le proporciona una fotografía de la imagen destruida, que le sirve de base para la obra final, parecida a la primitiva, más enriquecida en policromía; mide 130 centímetros. Costó nueve mil pesetas. Fue entregada el 7 de agosto de 1951, siendo bendecida en la base militar y llevada procesionalmente hasta la “Iglesia Vieja”, su templo. Se estrenó ese mismo año el nuevo trono, hecho en madera de Soria, según diseño del pintor Manuel Muñoz Barberán, y realizado en Espinardo por José Noguera. Costó seis mil pesetas.
Por encargo de d. Pedro López Nadal, en 1951, se compuso el Himno a la Virgen para conmemorar el gran acontecimiento mariano; la letra es del sacerdote y poeta d. Enrique Antolinez Pastrana, la música es del organista de la Iglesia de la Caridad de Cartagena, Manuel Hernández Espada.
El pueblo de Los Alcázares y muchas personas que disfrutan el verano en este lugar profesan gran devoción a la Virgen de la Asunción. El fervor popular se desborda cada 15 de agosto. Una marea humana asiste entusiasmada al paso de la sagrada imagen en su recorrido procesional.
En el año 2007, para encauzar la devoción popular, colaborar con la parroquia en los actos religiosos, cuidar la procesión, animar la participación,…. se erige la Hermandad de la Virgen de la Asunción como “asociación pública de fieles” con estatutos aprobados por la Diócesis de Cartagena. Entre sus fines están los de “velar, acrecentar y fomentar la devoción a la Virgen de la Asunción, cuidar y organizar la procesión marítimo-terrestre del 15 de agosto, ayudar a la Iglesia en sus necesidades y dedicar atención especial hacia los pobres y desfavorecidos”. Pertenecer a la Hermandad, llevar la medalla de la Virgen de la Asunción con respeto, colaborar en las distintas tareas de la Parroquia… es el sueño de varios centenares de miembros de la Hermandad. Capítulo especial son los “Costaleros del Trono”, miembros de la Hermandad, hombres curtidos por el trabajo, de noble corazón, que prestan sus hombros para que la Madre salga en procesión. Son más de una centena, jóvenes y mayores, algunos superan los 70 años, verdaderos ejemplos de perseverancia y colaboración. Desde sus inicios, la Hermandad ha estado servida por tres Hermanos Mayores con sus respectivas Juntas de Gobierno, que han actuado siempre bajo el consejo y la especial colaboración del Párroco de Los Alcázares, que a su vez desempeña la función de Consiliario de la Hermandad.