EL CRONISTA OFICIAL RECUERDA EL PLENO QUE, EN 1941, APROBÓ «POR ACLAMACIÓN Y SIN DISCUSIÓN» EL EXCELSO PATRONATO DE LA VIRGEN SOBRE NAVALMORAL
El 21 de julio de 1936, tras un rápido enfrentamiento, Navalmoral es tomada por el ejército nacional tras una breve resistencia de los republicanos en el Ayuntamiento. Pero a los pocos días hay un intento de recuperación por parte de los gubernamentales: el 6 de agosto inician un bombardeo aéreo, que proseguirán durante una semana.
A la vez, el 12 de agosto tropas republicanas enviadas por el general Riquelme, Jefe del Frente de Extremadura, intentan recobrar Navalmoral; pero son derrotadas ante la defensa que llevan a cabo los franquistas que estaban acantonados aquí, y con la ayuda de refuerzos que llegan desde Trujillo y Cáceres, al mando del comandante Belda. De ese modo, lo verdaderamente cierto es que los combates, tanto aéreos como terrestres, cesaron entre el 14 y el 18 de agosto: este lapsus es el que dará origen al tema que vamos a tratar.
Aunque después los aviones marxistas vuelven a machacar la capital de Arañuelo, sobre todo entre el 18 y el 21 de agosto (en ocasiones varias veces en una misma jornada), arrojando sobre el municipio 120 bombas en el transcurso de esos cuatro días.
Y, cuando creyeron que las defensas habían sido eliminadas y que el terreno estaba preparado para alcanzar sus fines, vuelven los milicianos a realizar una nueva ofensiva terrestre el día 21 desde la base que tenían establecida en la zona de Oropesa.
Los combates continuaron al día siguiente, con tanta o más intensidad que en la jornada precedente, destacando en esta ocasión el bombardeo de Navalmoral por la artillería que los republicanos tenían instalada en Cerro Cincho, en el término de Peraleda de la Mata.
Pero de nuevo sonríe la fortuna (o lo que fuera…) a las tropas nacionales, ya que ese mismo día llegan a Navalmoral las fuerzas de la columna africanista mandadas por el teniente coronel Tella Cantos: una batería del Tercio y una Bandera de la Legión, que ayudaron y animaron a las acosadas fuerzas franquistas que defendían la localidad.
Los combates finalizan el día 23, fecha en que los gubernamentales se retiran hacia tierras oropesanas; y enseguida hacia Talavera y Madrid, pues el 3 de septiembre los nacionales ya han conquistado toda la zona, incluyendo a la Ciudad de la Cerámica.
Repercusiones políticas-religiosas
Por el momento, nada se hizo cuando sucedieron los hechos narrados. Pero cinco años después, el 29 de agosto de 1941 y en sesión extraordinaria de nuestro Ayuntamiento (como consta en el Libro de Actas del mismo), da lectura la Corporación a una comunicación que envían las directivas de la Asociación de Nuestra Señora de las Angustias (que presidía desde 1913 Tadea García Moríñigo: esposa de Emeterio Madrigal Leal, administrador del marqués de Comillas) y de los Caballeros de la Virgen de las Angustias (los hombres de dicha asociación, cuyos patronos eran entonces el propietario Eduardo Lozano García y el médico Agustín Carreño Camacho, que aún no era alcalde), «suplicando al Ayuntamiento que tenga a bien reconocer oficialmente, en sesión solemne, el Excelso Patronato de la Santísima Virgen de las Angustias sobre esta Villa de Navalmoral de la Mata; y, a la vez, que esta Villa sea colocada pública y solemnemente bajo su amparo y protección, oficialmente».
Lo que aprueba la Corporación morala (presidida por banquero José de la Cámara Cailhau) «por aclamación y sin discusión, con el mayor entusiasmo…, a fin de no olvidar así los favores dispensados en todo tiempo a través de su devota Imagen; ni la memorable fecha del día 15 de agosto de 1936 que, cuando mayor era el furor del enemigo y sus armas estaban irradiando fuego a torrentes por todas partes, y este pueblo en frente abierto de combate, cesaron completamente durante las 24 horas del mismo (en realidad, fueron cuatro días) las armas automáticas del adversario de tierra y aire, por la intervención afortunada de Nuestra Señora de las Angustias, quien nos dio un día de verdadera paz y tranquilidad…».
Una vez aprobada esa petición, el 15 de septiembre de ese año el pueblo de Navalmoral rindió homenaje a su patrona, como agradecimiento por los hechos relatados.
La virgen, alcaldesa perpetua
En marzo de 2016, el Grupo Independiente por Navalmoral presenta una moción en el Ayuntamiento, a petición de la presidenta de la Cofradía de las Angustias, para que, aprovechando el 75 aniversario del acuerdo antes relatado, la virgen de las Angustias sea declarada alcaldesa perpetua de Navalmora, lo que en 1941 no se pidió
Tras modificarse el Reglamento de Distinciones Honoríficas (de 2012, y que no recogía esa figura) y para que pudiera llevarse a cabo, en la sesión ordinaria del Pleno celebrado el 14 de abril pasado la corporación aprobó, con 14 votos a favor y 3 en contra (Ciudadanos e IU), la modificación del mencionado Reglamento que permitiría la declaración de la patrona morala como alcaldesa perpetua de la ciudad, al cumplirse el 75 aniversario de su patronazgo (trasvasando lo terrenal a lo divino).
En septiembre, aprovechando su festividad, tomará posesión; y estoy seguro que, en el primer pleno celestial que celebre, tendrá el acierto de nombrar a San Andrés primer teniente; pues el santo apóstol, como perdió su cofradía en el siglo XVII, no tiene a quien que le haga encabezar su candidatura, a pesar de su mayor veteranía en el patronazgo de Navalmoral (aunque, es evidente que nunca osaría rivalizar con la Madre de Jesús…).
Fuente: http://navalmoral.hoy.es/ – Domingo Quijada