POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA)
Este es el año de Cervantes, el año del IV Centenario de su muerte y por ello, especialmente en Arévalo, este es también el año de Fray Juan Gil, el Trinitario redentor de Miguel de Cervantes de su cautiverio de Argel. Por tanto, es esta una conmemoración propicia para profundizar sobre esta figura de nuestra historia tan notable como olvidada.
La liberación en la vida de Cervantes es un pasaje doloroso de su biografía que dio fin al cautiverio de Argel de tan eminente personaje. Fue también como un punto y aparte en su vida, el inicio de una nueva vida, en la que destacó sobremanera como el mayor de los escritores de la lengua española de todos los tiempos.
Desde que me nombraron Cronista Oficial de mi ciudad, hace ya unos años, aunque antes ya andaba yo metido en estos berenjenales, uno de mis propósitos principales que asumí el día de mi toma de posesión, fue dedicar mi tiempo y mis aptitudes a reescribir algunas historias de mi ciudad, historias o historietas que en demasiadas ocasiones estaban llenas de tópicos, con exceso de vacíos que se iban repitiendo, sucesivamente lo mismo, sin la menor crítica basada en los datos y los documentos, allá hasta donde fuera posible.
Y así, con esta postura personal, he profundizado y he indagado, tanto en publicaciones de historiadores reputados, como en mis propias investigaciones en diversos archivos. De esta forma he afrontado algunos temas, bastantes ya en estos años, que he publicado en artículos periodísticos, en algunas revistas especializadas y en comunicaciones presentadas en congresos, que se deja ver también en mis intervenciones en diversos foros, o en tantas visitas guiadas por mi ciudad ejerciendo como Cronista. Y esto es el motor de mis actividades.
Y esta también es mi gran satisfacción, el poder compartir con mis convecinos arevalenses y con quienes miren a esta ciudad buscando sus raíces y su historia.
Mi última dedicación en lo que va de año ha sido nuestro fraile Trinitario Juan Gil, que este año es protagonista junto al inmortal Cervantes, por la parte que nos toca.
Era necesario llenar un vacío en el conocimiento de esta figura, que también fuera un modo de recuperar su memoria, de rescatarle del olvido. Profundizando en la historia, rescatar la figura del rescatador, y en ello andamos.
Me gustaría que estas líneas de hoy fueran de agradecimiento a este Diario de Ávila que me acoge en sus páginas en un espacio querido y exclusivo, «Desde mi torre mudéjar», esta es la columna 538 con este título genérico, como también otros artículos e intervenciones. Dentro de unas fechas comenzará la aparición en estas páginas de una serie de escritos sobre este tema de Cervantes y Fray Juan Gil, fruto de la investigación sobre el tema de historiadores de reconocido prestigio y la mía propia. Es un nuevo discurso sobre nuestro fraile que supone un avance en su investigación, algo así como «el estado de la cuestión» hoy, a la vista de nuevos e importantes documentos.
También estas páginas han recogido, cómo este trabajo ha merecido la atención y despertado el interés del Instituto Castellano Leonés de la Lengua, que publicará en uno de sus libros esta aportación a la celebración del centenario cervantino, como ha manifestado su director Gonzalo Santonja en una rueda de prensa celebrada en Ávila hace unos días. «Tenemos libro» me dijo. Mi agradecimiento público a esta institución cultural castellano leonesa, bien conocida por la calidad de sus realizaciones, por la exigencia y rigurosidad de sus planes. Es para mí un honor honroso colaborar con ella.
Y de este modo también puedo dar el mayor sentido a mi condición de Cronista, investigar sobre temas de mi ciudad y modificar ciertos discursos cuando las nuevas aportaciones documentales lo requieren, como en este caso. Y así, de este modo, también poder compartir con el público estos nuevos trabajos, contribuir a la divulgación de temas de la historia de mi ciudad. Espero que les gusten.