UN ILUSTRE HIDALGO VILLARRENSE QUE DEJÓ HUELLA EN AMÉRICA
Ago 28 2016

POR FRANCISCO PINILLA CASTRO Y CATALINA SÁNCHEZ GARCÍA, CRONISTA OFICIALES DE VILLA DEL RÍO (CÓRDOBA)

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Villa del Río (Córdoba).

Poco podía imaginar don Manuel Pérez Marín, Vicario de la Parroquia de la villa de Aldea del Río, cuando a veinte y un días del mes de Agosto de mil seiscientos y cincuenta y dos [21-08-1652] derramaba las aguas bautismales sobre Manuel, hijo de Francisco Ruiz de Requena y de Catalina Pérez “la Caracuela” su mujer, que el cuarto descendiente de esta saga, Francisco, iba a alcanzar tanta notoriedad en España y en América.

Manuel Ruiz de Requena se casa con Isabel López Canales el día 11 de diciembre de 1673 en Villa del Río. De este matrimonio nació Francisco Esteban Ruiz de Requena, hijodalgo notorio que casó con Francisca de Molina y Beleña; este matrimonio tuvo al tercero de la saga de Francisco de Requena y Molina bautizado en Villa del Río el 31 de mayo de 1708.

Francisco de Requena y Molina pasa a Orán, antigua posición española en África, donde figuró como controlador de Artillería. Se había casado en Málaga el 2 de febrero de 1733 con doña María de Herrera y Cabello.

Francisco de Requena y Herrera

De este matrimonio nace Francisco de Requena y Herrera, el personaje más importante de la saga de los Requena villarrenses y cuya trayectoria en América conocemos a través de la obra Orígenes cuencanos de Borrego Crespo.

Peripecia vital

Esta es la peripecia vital del cuarto de los Requena según el mencionado autor:

Francisco de Requena y Herrera, notable militar e ingeniero y probo funcionario, quien nació en Mazlaquivir, puerto situado en la bahía de Orán el 26-I-1743 y fue bautizado el mismo día en su Iglesia Mayor con los nombres de Francisco Manuel Policarpo. El 4-III-1758, a los quince años de edad, ingresó en el ejército como cadete de infantería en Orán, sirviendo primero en África hasta junio de 1763 año en el cual pasó a España como Subteniente Ingeniero. Durante su permanencia en la Península desempeñó algunas misiones delicadas en Málaga y Almería, y en 1764 fue destinado a Indias, recibiendo el 22-II-1764 el grado de Alférez del Batallón de Ingenieros en Panamá.

Importantes servicios

Prestó importantes servicios en las fortificaciones de dicha ciudad y, posteriormente en las plazas de Portobelo, Chagre, Darien y Cargagena de Indias. En 1770, ya con el grado de Teniente Ingeniero Extraordinario, pasó a Guayaquil (Ecuador) y en 1773 figuró ya como Capitán de Ingenieros de este último puerto, tanto de la ciudad, como de las fortificaciones que proyectábanse construir y que terminó en 1774.

Traslado

Ese mismo año fue trasladado a Cuenca (Ecuador) por seis meses, de donde regresó a Guayaquil en febrero de 1775. Desde noviembre de 1775 hasta mayo de 1779 levantó mapas y prestó sus servicios como ingeniero en varios corregimientos de la Audiencia de Quito (Ecuador), siendo encargado además, de la demarcación del Obispado de Cuenca erigido el 1º-II-1776. Por Real Orden del 22-X-1778 confirmada por Real Cédula expedida el 19-III-1779, fue nombrado Gobernador y Comandante General interino de Maynas y Primer Comisario de la Expedición de Límites en el Marañón, cargos de los que tomó posesión el 16-XI-1779 en San Joaquín de Omaguas, capital de las misiones de Maynas.

Gobernador de Maynas

Al año siguiente por Real Orden de 1-III-1780 se le concedió en propiedad el Gobierno de Marañón y el mando de la Expedición de Límites, y el 25-II-1784 el título de Gobernador de Maynas. Durante dieciséis años desempeñó con probidad, abnegación y patriotismo las delicadas tareas inherentes a su cargo y las más difíciles aún de Primer Comisario de la Cuarta Partida o Comisión encargada de fijar los límites entre las posesiones españolas y portuguesas en la cuenca de Amazonas, de acuerdo con lo estipulado en el Tratado de San Ildefonso de 1777.

Actuaciones

Refiriéndose a la actuación de Requena en aquellos años, el Ilustrísimo Doctor don Federico González Suárez, Arzobispo de Quito, consigna lo siguiente en su Historia General de la República de Ecuador.

“Requena era honrado y pundoroso: fiel a su Soberano hasta el rendimiento; sereno en los peligros, sufridor paciente de toda clase de privaciones, inclinado a la conciliación y amante del trabajo, prendas de que en muchísimas ocasiones dio pruebas notables durante el largo tiempo que se mantuvo en las inhospitalarias comarcas del Amazonas, luchando con la astucia, la suspicacia, el interés y ¿por qué no decirlo también? ¡la perfidia de los comisarios portugueses!”

Y más adelante agrega:

“Sin soldados, sin auxiliares y hasta sin víveres, la paciencia del Comisario español se agotaba: las emanaciones deletéreas de los terrenos pantanosos de las orillas del Yapura causaron enfermedades mortíferas: la gente de la expedición era víctima del clima; y parte había sucumbido y parte yacía moribunda en las mismas canoas, convertidas por la necesidad en hospitales improvisados, empero el ánimo de Requena no desmayaba; y, sin tan sólo de este honrado español hubiese dependido, se habría dado indudablemente exacto cumplimiento a los tratados.”

En 1783 también don Francisco Requena y Herrera cayó enfermo en Ega, en el Marañón, circunstancia que obligó a su esposa y a sus cinco hijas a realizar un peligroso viaje de ochocientas leguas para reunirse con él.

En 1786 y 1789 solicitó su relevo de los cargos que desempeñaba, este último año aduciendo como motivo la enfermedad de su esposa, pero sólo años después por Real Orden de 24.III-1794, se accedió a su pedido al ser nombrado como sucesor don Diego Calvo.

Por fin, en 1795 luego de navegar río abajo por el Amazonas, regresó a España, donde fue ascendido a Brigadier en premio a sus servicios y nombrado posteriormente Consejero de Capa y Espada del Consejo de Indias el 12-I-1798. Hacia 1803 figura ya como Mariscal de Campo y Ministro del Supremo Consejo de Indias, siendo nombrado años después Consejero de Cámara del Consejo de Indias con fecha 28-X-1810.

Consejero de Estado

Al iniciarse la guerra contra los franceses sirvió por un año en el frente catalán sin cobrar sueldo alguno, y en 1812, siendo Decano del Consejo y Cámara de Indias, fue designado por las Cortes de Cádiz como Consejero de Estado.

En este último año falleció en combate su único hijo varón Francisco de Requena y Santisteban. Finalmente en 1814 ascendió a Teniente General, uno de los grados más altos dentro del Ejército Español.

Situación de las Indias

Don Francisco de Requena y Herrera, quien elevó a consideración de Rey varios e importantes informes sobre la situación de las Indias y el peligro de los avances portugueses en la región amazónica a expensas de las posesiones españolas, falleció en la madrugada del 11-II-1824.

Dos casamientos

Casó dos veces: la primera, en la Iglesia matriz de Guayaquil, el 22-VII-1772 con doña María Luisa de Santisteban y Ruiz Cano, y la segunda con doña Teresa Fraga, que le sobrevivió y quedó a cargo de sus bienes y de sus libros, documentos y mapas. Estos últimos pasaron luego al Consejo de Indias.

Con todo lo que antecede queda palpable la huella de Villa del Río en tierras americanas.

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