POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Tomaba yo un tequila en la terraza de Los Portales, en Veracruz, fui al aseo y llegaron al minguitorio dos cornetas para actuar desde allí, en diálogo con el mariachi que, en el zócalo, interpretaba “El niño perdido”. A dichas cornetas me recordaron las «Lamentatio Mariae» que el domingo lloraron en el campanario de San Isidoro. ¿Quién compuso estos lamentos? El maestro Pacheco, y se refieren a los gemidos de María cuando a su Hijo, tras descolgarlo de la cruz, depositaron sobre la piedra de la unción y se agruparon en torno su Madre, la Magdalena, Juan, las plañideras, José de Arimatea, Nicodemo, a lo mejor María de Cleofás y no descartemos un par de arcángeles. Los Evangelios no lo refieren, pero hay tradición oral, literatura, iconografía… Es el equivalente de izar una bandera a media asta, y debería tocarse hoy y siempre, al amanecer, con la primera orina.
Fuente: http://www.lne.es/