POR ANTONIO SÁNCHEZ MOLLEDO, CRONISTA OFICIAL DE MALANQUILLA (ZARAGOZA)
Lamentablemente no puedo extenderme aquí en consideraciones, dado que estas páginas son seguidas por personas y colectivos que desconocen – y mejor que siga siendo así- los pormenores y entresijos de muchas acciones, solo aptos para masoquistas o quijotes del siglo XXI . Repasando mis iniciativas propuestas ni una sola ha salido adelante y así van….. Ni me acuerdo.
Cuando pienso en la poco, edificante figura del cronista oficial en los pueblos pequeños, más me reafirmo en su insultante utilidad. Si esto pasa advirtiendo, bien podemos imaginar lo que sería sin ni siquiera poner las cosas encima de la mesa.
Esperaba mucho de la nueva corporación municipal pero uno se cansa de esperar sin ver ni un atisbo de resultado…
Ha muerto el gran divulgador autodidacta Víctor Nievas sin ver plasmadas muchas de sus iniciativas. Y ese presentimiento tengo yo mismo aunque siempre quedará en la memoria colectiva lo que pudo ser y no fue.
Saben todos que mi amor ilimitado por Malanquilla va mucho más allá de situaciones o momentos determinados. Pero es difícil que a uno no le asalte el pesimismo cuando lo entrega todo a cambio de nada y aún así es cuestionado.
Me admira observar cuantos expertos en todo y en nada surgen de cada rincón. Todo el mundo sabe hoy de Heráldica y vexilología, cuestionan restauraciones de arquitectos laureados y se abrazan al populismo político imperante proponiendo consultas tan inútiles como imposibles.
Mal vamos si denostamos el saber y la experiencia y pretendemos suplirlo con el oportunismo, la falta de respeto propia de la incultura y un falso saber que encubre carencias elementales.
Este es un mal de nuestro tiempo que impera en muchos municipios y del que Malanquilla debería haber quedado exento porque mal que les pese a algunos, cuenta con gente que siempre velarán por salvaguardar lo verdaderamente importante: sus raíces, su historia, o su patrimonio.