POR LEOCADIO REDONDO ESPINA, CRONISTA OFICIAL DE NAVA (ASTURIAS)
Con buen tiempo, e incluso con altas temperaturas como tónica dominante, hemos dejado atrás agosto y comenzado septiembre. Y fue precisamente el último día de agosto cuando se producía la falta de Paulino Díaz González, a los 83 años. Paulino, que durante mucho tiempo fue uno de los paisanos que acudía los sábados a la villa, para echar la partida, era natural de Tresali y vecino de Sienra, en Ceceda, en donde había contraído matrimonio.
Si Paulino fue estimado amigo del que suscribe, puedo decir que lo soy, y más antiguo, de su mujer, Cándida Montes Cueto, “Tita”. A la que recuerdo cuando ella, una moza hecha y derecha, ágil, delgada, siempre sonriente, bajaba desde Sienra por los prados y cruzaba la vía y pasaba el río para llegar hasta la carretera, delante de la casa de El Tropel, en la que vivíamos, para coger el pan del panaderu de Nava, o ir a cualquier sitio. Y esa imagen, que el neñu pequeñín que yo era entonces guardó en su memoria infantil, viene conviviendo, hasta ahora, con el cariño entrañable que le tengo, y ella conoce. Desde entonces, y para siempre, sabes, amiga Tita, que puedes contar, seguro, con mi cariño y mi afecto.
Y septiembre se inició con la falta, el mismo día uno, de otras dos personas de este concejo; Nides y Armando. Nides García Díaz, era la única hija que permanecía viva del matrimonio formado por Corsino García, emprendedor lagarero que faltó pronto, y Elisa Díaz, que le sobrevivió, e hizo conocido el llagar de la calle de La Riega con la denominación de Viuda de Corsino. Los restantes hermanos de Leonides fueron, como es sabido; Luz, María Teresa, Víctor y Corsino.
Leonides era viuda de José Luis Cocina Lago, conocido familiarmente en Ceceda como “Pepe, el de Sienra”. Carpintero en sus inicios, era Pepe un hombre tan amañosu como trabajador, con variadas habilidades. Entusiasta de las cosas de Ceceda, formó parte del grupo que participó activamente en las mejoras que se efectuaron en el pueblo, como las llevadas a cabo en el templo parroquial, entre otras. Después de enviudar, Leonides fue la compañera inseparable de su hermana María Teresa, hasta que ésta faltó, al terminar 2007. Tanto fue así, que la figura de las dos hermanas, Tere y Nides, Nides y Tere, de paseo por la villa, es una estampa que permanece en el recuerdo de todos los navetos.
Y también el primer día de septiembre, como quedó apuntado, falleció en Bimenes Armando Lafuente Criado. Armando, soltero, natural y vecino de Oméu, tenía 83 años, y era, por orden de nacimiento, el séptimo de los nueve hijos que tuvo el matrimonio compuesto por Dámaso Lafuente y Encarna Criado, “Encarna Pepa”, que fueron, por este orden, los siguientes; Maruja, Pepe (+), Jorge (+), Elvira (+), Abelardo (+), Consuelo, Armando (+), Severo (+) y Toño, según me apunta, gentilmente, su sobrina y estimada amiga, Consuelo Piquero Lafuente…
Que todos ellos descansen en paz. Y para terminar, un recuerdo; Paulino Díaz González natural de Tresali y vecino de Sienra (Ceceda) debió ocupar una sala del Tanatorio de Siero porque, en aquel momento, las dos del de Nava estaban ocupadas. De nuevo, a nuestro entender, se hace patente la necesidad de una tercera sala en nuestro tanatorio.
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20160919 La Nueva España Pag 15 Y sigue el buen tiempo
Fuente: Diario LA NUEVA ESPAÑA. Oviedo, 19 de septiembre de 2016